Hoy: 22 de noviembre de 2024
El presunto terrorista Yassine Kanjaa, responsable del asesinato del sacristán Diego Valencia y de causar heridas a otras cuatro en Algeciras (Cádiz), seguirá detenido hasta el próximo lunes por la tarde. Así lo ha acordado el juez de la Audiencia Nacional, Joaquín Gadea, quien ha accedido a la solicitud de la Policía -en aplicación de la ley antiterrorista para ampliar el plazo mayor al habeas corpus– para prorrogar el plazo de detención del autor del ataque de este miércoles en Algeciras como presunto responsable del asesinato de una persona y de causar heridas a otras cuatro.
El magistrado, conforme al artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que prevé la posibilidad de prorrogar otras 48 horas el plazo máximo de detención policial en delitos de terrorismo, señala que el detenido deberá ser puesto a disposición judicial antes de las 19:30 horas del próximo lunes.
Según fuentes de la Audiencia Nacional, Gadea argumenta que desde la provisionalidad de este momento inicial de las actuaciones y antes de resolver sobre su situación personal con las necesarias garantía hay que practicar una serie de diligencias que no pueden realizarse en el periodo inicial de detención de 72 horas. El magistrado atribuye al detenido los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas.
A pesar de lo expuesto por Gadea en su auto y las pesquisas que está desarrollando la Policía, algunos investigadores consultados por FUENTES INFORMADAS no descartan que se trate de una persona con problemas mentales al que le diera un brote psicótico después de discutir con algunas feligresas en una de las iglesaias y decidiera volver a su casa a por un machete para, presuntamente, dañar a varias personas e incluso asesinar al sacristán Diego Valencia, tal y como ha trascendido. Esos investigadores opinan que, al margen de las pruebas existentes, podría haber intereses en vincular lo sucedido con un atentado yihadista.
De hecho, un vídeo que trascendió este jueves y al que ha podido acceder este diario digital avalaría la tesis de dichos investigadores: que la conducta del agresor responde más a la de un enfermo mental que a la de un integrista islámico.
Por otra parte, la propaganda yihadista que estaba en unos pendrives hallados por la Policía tras el registro de su vivienda podría apuntar a una reciente radicalización de Kanjaa, según han manifestado fuentes de la investigación. Se trata de una acción que perpetró como ‘lobo solitario’, a tenor de lo que sugieren las indagaciones. Las pesquisas emprendidas por el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea lo vinculan con el salafismo yihadista.
El contenido yihadista que han encontrado los agentes en los pendrives hallados su casa es muy básico, según han informado las fuentes consultadas. Los investigadores también tienen constancia de que el detenido, un marroquí de 25 años, tiene antecedentes por problemas psiquiátricos en su país y también de que había reflejado en redes sociales indicios de su radicalización.
El detenido por el ataque mortal en Algeciras viajó a Madrid bajo custodia policial para continuar desde este viernes las diligencias de investigación en dependencias de la Comisaría General de Información, según han podido confirmar fuentes policiales.
En el auto del que ha informado Europa Press por el que autorizó el citado registro el juez considera que los hechos pueden ser constitutivos de un delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas. Asimismo, relaciona la acción con el salafismo yihadista al concluir que con ella pretendía “alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror, lo que habría podido motivar la actuación criminal”. Además, decreta el secreto de las actuaciones por el plazo de un mes.
Entre los efectos intervenidos en la vivienda consta la funda del machete que usó para asesinar a un sacristán y herir a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote, en una acción criminal que llevó a cabo de forma solitaria, sin implicación de terceras personas.
En su escrito, el magistrado señala que la Policía Nacional le entregó este miércoles un primer oficio en el que hacía un repaso de lo ocurrido desde que el detenido entró en la Iglesia de San Isidro con intenciones que “se desconocen”. Una vez allí inició una discusión con los allí presentes, “manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica”.
El juez Gadea recoge que, tras abandonar el lugar “profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconoce“, el hombre regresó sobre las 19:40 horas. En ese momento, los fieles que estaban dentro pudieron escuchar “cómo alguien ubicado en el exterior de la iglesia profiere gritos en árabe”.
“Una vez finaliza la misa el sacerdote encargado de la misma baja del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, instante en el que el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita agrede al sacerdote causándole lesiones de gran gravedad. Igualmente, también intenta atacar a uno de los testigos allí presente”, cuenta el auto.
El sacerdote es el salesiano Antonio Rodríguez Lucena, que se encuentra fuera de todo peligro y que este mismo jueves ha dado “gracias a Dios”. “Ha pasado ya todo y estoy esperando el alta, para seguir celebrando la fiesta de San Juan Bosco”, ha apuntado el religioso.
El magistrado también explica que el detenido también intentó atacar a una de las personas que fue testigo de la agresión al propio sacerdote.
El relato policial asumido por el juez señala que el presunto yihadista huyó entonces del lugar y se dirigió a un centro de culto católico llamado Virgen La Palma, ubicado a unos 200 metros del otro templo. Allí se encontró con el sacristán al que posteriormente asesinó cuando este abandonaba el lugar por una puerta trasera.
En ese instante, relata Gadea, el detenido inicia varias acometidas sobre el sacristán, causándole unas primeras lesiones e intentando huir, aunque finalmente es alcanzado en la calle.
“Una vez que se encuentra en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra Allah le asesta una última estocada mortal”, sentencia el magistrado.
En este marco, el juez relata que, una vez finalizado este ataque, el acusado se dirige “de forma muy tranquila” a la ermita Europa “ubicada en esa misma plaza, e intenta acceder al interior”. Allí, “sin prestar resistencia”, es detenido por agentes de la Policía Local y trasladado a un centro médico para recibir asistencia facultativa, “instante en el que en reiteradas ocasiones profiere gritos de Allahu akbar [Alá es grande]”.