Hoy: 30 de noviembre de 2024
Un reciente estudio de la Unesco, recogido por El Impulso (EI), ha revelado una preocupante realidad sobre el mundo de los influencers, aquellas personas con un gran número de seguidores en las redes sociales, de 45 países fueron encuestadas, resultando que el 62% de ellos admite no verificar de manera sistemática la información antes de compartirla con sus seguidores.
Según se demuestra en el informe, esta falta de rigor en la verificación de datos plantea serias dudas sobre la calidad de la información que circula en las redes sociales y su impacto en la opinión pública.
La encuesta de la Unesco, titulada Detrás de las pantallas, es el primer análisis global de las motivaciones y prácticas de los creadores de contenido digital y de los desafíos a los que se enfrentan. Se ha realizado con 500 influencers de diferentes países, y pone de manifiesto que muchos creadores de contenido se basan en criterios poco fiables para determinar la veracidad de una noticia.
El número de «me gusta» y «compartidos», la opinión de amigos cercanos o la reputación del autor original son algunos de los factores que más influyen en sus decisiones. Todo esto, motivado por la tendencia de opinión ante un tema, argumentando que «confían» debe ser real cuando cumple con esos criterios.
El estudio también ha puesto de manifiesto que casi el 60% de los creadores de contenido digital no estaba familiarizado o apenas había oído hablar de los marcos reguladores y de las normas internacionales relacionadas con las comunicaciones digitales, recoge EI. Este desconocimiento les deja en una situación jurídica expuesta a condenas en una lista de países.
Esta situación se agrava por la falta de conocimiento de los influencers sobre los marcos regulatorios y las normas internacionales relacionadas con las comunicaciones digitales. Solo el 13,9% de los encuestados ha participado en programas de formación sobre estos temas.
Desde el organismo han señalado la importancia de que los periodistas colaboren con los influencers para garantizar la calidad de la información que se comparte en las redes sociales y así luchar contra la desinformación. Aunque reconocen que los vínculos entre ambas comunidades siguen siendo escasos, y los medios de comunicación tradicionales solo representan la tercera fuente de información para los creadores de contenido.
La Unesco, en colaboración con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas (EE.UU.) han elaborado el primer curso a nivel mundial para abordar el tema de la desinformación y formar a los creadores de contenido a cómo hacer frente a los discursos de odio.
El curso que acaba de empezar, tendrá cuatro semanas de duración. En él están participando cerca de 9.000 personas de 160 países. Durante la formación, todos ellos aprenderán a: