En esta espiral enloquecida en la política y en la economía en la que Donald Trump ha metido al mundo, ya están en vigor los aranceles impuestos por la Administración norteamericana del 20% a los productos que lleguen a EE UU desde Europa, y del 104% a los de China.
Trump desoye así los consejos y recomendaciones de los principales expertos en economía de todo el mundo y de algunos de sus propios asesores, caso de Elon Musk, para no crear un problema en la economía mundial de consecuencias imprevisibles.
De esta forma y cuando parece que el presidente estadounidense se ríe de los países que han anunciado su voluntad de negociar -«me están besando el culo», ha llegado a decir-, entre ellos la Unión Europea, la política proteccionista que reinventa un modelo desfasado con un mundo globalizado como el actual, abre una guerra económica que mantiene incertidumbre y temor en las economías internacionales ante una posible recesión.
La economía huye de los movimientos convulsos y de la agitación y entra en pánico cuando llega la amenaza de un sunami como el que ha provocado Trump. Él niega que eso vaya a ocurrir, pero las bolsas siguen en en caída y, tras una lidera mejoría en la jornada del martes, los indicadores han vuelto al rojo. El Ibex 35 se desploma, de nuevo, otro 2,5% en la apertura de sesión y los inversores huyen también del mercado de deuda donde no encuentran refugio. La caída de la Bolsa española es similar a la del resto de mercados europeos.
El S&P 500 ha perdido casi seis billones de dólares de capitalización (5,5 billones de euros) desde que Trump anunció los gravámenes hace una semana, la mayor pérdida en cuatro días desde la creación del índice en la década de 1950, según datos de Reuters que recoge Cinco Días, y está a punto de entrar en mercado bajista, definido como una caída del 20% desde los máximos, marcados en febrero. Entre las grandes perjudicadas están las tecnológicas consideradas como las ‘siete magníficas’, que han perdido cinco billones de dólares.
Parece claro que Donald Trump tiene las ideas fijas y se muestra sin la más mínima preocupación al enorme descosido que está causando en la economía que tendrá incidencia en las inversiones, la producción y el empleo. Las consecuencias se verán a corto, medio y largo plazo si Trump no cambia su postura porque los aranceles del 20% impuestos por Estados Unidos a los productos de la Unión Europea han entrado en vigor este miércoles, después de que la Casa Blanca aplicara un arancel universal del 10% la semana pasada y anunciara el incremento del mismo para algunos países y regiones a partir de este 9 de abril.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha denominado estas medidas como «aranceles recíprocos», defiende que esta estrategia proteccionista es la «única manera de curar» los déficit financieros «masivos» con China o la Unión Europea, y con ellos dice que busca proteger sectores clave de la economía estadounidense.
Estados Unidos también aplica desde hoy una nueva ronda de aranceles del 50% a China, lo que incrementa los gravámenes totales al país asiático hasta el 104%, tras la decisión del Gobierno chino de no retirar sus tarifas de represalia del 34% sobre Estados Unidos, según recoge Europa Press. Gran parte de los focos están China y su reacción. De entrada ya decidió responder a EE UU con la aplicación de los mismos aranceles, un 34%, y ahora mantiene el pulso y la decisión es igualarlos al 104%. Una locura.
Los Estados miembros de la UE votan este miércoles la represalia por el aumento del 25% de los aranceles al acero y al aluminio decretado por Trump en marzo. Como respuesta a la política arancelaria de Trump, la Comisión Europea propondrá una nueva tanda de aranceles del 25% a productos estadounidenses, cuya recaudación se activará de manera escalonada en tres fechas -15 abril, 16 de mayo y 1 de diciembre, esta última sólo para la soja y almendras-.
En lo que el mandatario estadounidense llamó ‘Día de la Liberación’, Trump anunció aranceles la pasada semana en una puesta en escena muy teatralizada del 20% para la Unión Europea (20%), del 24% para Japón, del 46% para Vietnam, del 32% para Taiwán, del 26% para, del 25% para Corea del Sur, del 36% para Tailandia, del 31% para Suiza, del 32% para Indonesia, y del 10% para Reino Unido y Brasil.
Además del arancel general del 20% que aplica ya EE UU a la UE, algunos productos ya contaban con una tarifa especial, como es el caso del acero y aluminio, vehículos, vinos, productos agrícolas, semiconductores, productos energéticos y farmacéuticos.
El arancel del 25% al acero y aluminio tendrá un impacto que Bruselas estima en 28.000 millones de dólares. La Casa Blanca anunció también un arancel del 25% a los países que compren petróleo o gas de Venezuela, que en principio entró en vigor el 2 de abril.
Además, desde la medianoche del pasado 3 de abril, Estados Unidos puso en marcha un arancel del 25% a las importaciones de automóviles, añade EP.
La Comisión Europea ha sacado finalmente el bourbon y el vino, de la lista de productos estadounidenses a los que aplicará hasta un 25% de aranceles, de acuerdo con la gama de productos que los 27 votarán este miércoles.