En medio del temblor que ha sacudido los mercados financieros esta semana, la Casa Blanca ha lanzado un salvavidas a los inversores: los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles no serán víctimas de la última embestida arancelaria de Donald Trump contra China. Una jugada inesperada, casi como si el propio mercado le hubiera torcido el brazo al presidente.
Según reveló el Financial Times, la administración estadounidense decidió excluir estos productos clave en un intento por calmar los ánimos tras el anuncio de una pausa parcial de 90 días en la escalada de tarifas. La medida busca contener los estragos económicos provocados por la guerra comercial, que ya ha hecho tambalear a Wall Street y ha desatado ventas millonarias de bonos.
La Agencia de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos, encargada de cobrar estos gravámenes, publicó el viernes por la noche una guía en la que detalla qué productos quedarán fuera de las tarifas del 145% impulsadas por Trump. Entre los exentos se encuentran los móviles, portátiles, routers y algunos ordenadores. También se mantendrán al margen de las tarifas adicionales que el mandatario ha descrito como “recíprocas”.
Este cambio de rumbo marca la primera señal clara de debilitamiento en la agresiva política comercial del expresidente. Desde el 2 de abril, Trump había intensificado su ofensiva contra el gigante asiático, aplicando aumentos progresivos hasta llegar al arancel del 145%. El daño colateral no tardó en aparecer: una semana caótica en los mercados estadounidenses y un desplome histórico en el mercado de bonos, con pérdidas estimadas en 29 billones de dólares.
Cabe señalar que esta no es la primera vez que Washington deja sectores estratégicos fuera del conflicto comercial. Ya había eximido de aranceles a industrias como la de semiconductores o la farmacéutica. Sin embargo, Trump no ha descartado volver a arremeter también contra ellas en el futuro próximo.
La orden fue atribuida por la Agencia de Aduanas a la Comisión de Comercio Internacional de EE UU, que estaría detrás de esta inesperada decisión. Aún persisten dudas sobre si los smartphones procedentes de China, que podrían estar sujetos a un arancel del 20% no incluido explícitamente en las medidas anunciadas el 2 de abril, también quedarán totalmente liberados.
Por ahora, esta exención parece una pausa táctica en una batalla que está lejos de terminar. Pero al menos, para los consumidores y las grandes tecnológicas, es un respiro entre tantas sacudidas.