Hoy: 23 de noviembre de 2024
Donald Trump acometerá el 5 de noviembre su tercer intento de llegar a la Casa Blanca, tras su éxito hace ocho años y su derrota en 2020 frente a Joe Biden, que derivó en uno de los sucesos más graves para la democracia estadounidense: el asalto de cientos de sus seguidores al Capitolio al negarse a reconocer su derrota en las urnas.
A pesar de representar una figura controvertida, Trump se ha alzado como único aspirante de peso del Partido Republicano tras ir dejando de lado a otros políticos con más experiencia. Su campaña gira en torno a un culto a su figura y a una serie de promesas de corte populista que van desde lograr el fin de la guerra en Ucrania hasta una expulsión “masiva” de migrantes.
En esta ocasión, fue nombrado candidato tras unas primarias en las que se impuso con claridad a figuras como Nikki Haley, quien se hizo con cerca del 19,5 % de los delegados, y Ron DeSantis, quien se retiró ya a mediados de enero. Otros candidatos fueron Mike Pence, Chris Christie, Asa Hutchinson y Vivek Ramaswamy, con aún menos apoyos.
Tras derrotar a Hillary Clinton en 2016 y caer frente a Biden en 2020, su rival será la actual vicepresidenta, Kamala Harris, quien tomó el relevo de Biden después de que éste renunciara a la reelección ante su hundimiento en los sondeos por las especulaciones sobre su estado de salud y su errática actitud en público.
Así, Trump se convierte en el candidato de más edad en la historia del país, un hecho que usó en campaña para cargar contra Biden. Sin embargo, durante las últimas semanas, esta estrategia ha dañado sus propias aspiraciones, volviéndose en su contra al presentar al demócrata como una persona incapacitada para ejercer un puesto de poder.
El magnate, de 78 años, es además el séptimo expresidente que intenta un retorno político tras ser derrotado en las urnas, con la esperanza de emular a Grover Cleveland (1885-1889 y 1893-1897), el único que logró una victoria después de ser derrotado en su intento por revalidar mandato.
Trump, descrito como “la definición de una historia de éxito estadounidense” en su biografía oficial en la Trump Organization, llega a la votación como un político más experimentado. Se presentó hace ocho años tras dar el salto desde los platós de televisión, pero ahora lo hace con muchos más críticos por sus acciones y declaraciones tanto en su mandato como después del mismo.
El republicano nació en Nueva York en 1946, siendo el cuarto hijo del magnate Fred Trump, hijo de inmigrantes alemanes, y Mary Anne MacLeod Trump, nacida en Escocia. A los trece años, fue enviado a una academia militar por su mal comportamiento en la escuela. Poco después se graduó en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, tras lo que dio el salto a los negocios de su familia.
Trump se sumergió en los negocios inmobiliarios de su padre y, ya en 1971, se hizo con el control de la compañía, que pasó a llamarse Trump Organization, para posteriormente entrar en el mundo del entretenimiento. Se convirtió en el presentador del conocido programa de televisión The Apprentice, donde los participantes competían por un contrato en su imperio.
Desde estas plataformas, comenzó a sopesar la posibilidad de entrar en política, algo que hizo en junio de 2015 al anunciar que concurriría a las presidenciales del año siguiente. El anuncio tuvo un recibimiento cargado de escepticismo y humor por aliados y rivales, que no se tomaron en serio su aspiración a la Casa Blanca.
Sin embargo, logró la victoria aupado por su eslogan, “Make America Great Again”, y gracias al apoyo de un amalgama de grupos nacionalistas y derechistas que abarca sectores de la conocida como alt right e incluso agrupaciones de tintes racistas, homófobos y sexistas alineados con teorías de la conspiración que componen el núcleo de lo que se ha dado a conocer como la ideología MAGA.
Este movimiento parte de la base de que Estados Unidos fue “un gran país” que ha perdido parte de su influencia, tanto a nivel interno a causa de la inmigración y la multiculturalidad, como a nivel externo por lo que considera unas políticas débiles frente a potencias en ascenso como China o Rusia.
Durante su mandato, Trump tradujo esta visión en la retirada del país de varios acuerdos comerciales y medioambientales, un enfrentamiento económico con China y una nueva propuesta de paz para Oriente Próximo, dificultada por su decisión de reconocer Jerusalén como la capital de Israel, al margen de la comunidad internacional.
Además, encabezó la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, lo que elevó las tensiones en la región, y firmó un acuerdo de paz con los talibanes que acabó por precipitar la caída de las autoridades apoyadas internacionalmente y la vuelta al poder de los fundamentalistas en 2021, ya con Biden como presidente.
A nivel interno, Trump tuvo que acometer numerosos frentes, incluida una investigación por supuesta colusión entre su campaña y Rusia en las elecciones de 2016 —que se saldó sin pruebas concluyentes que respaldaran las acusaciones— y un juicio político por abuso de poder y obstrucción.
El mandatario, tercer presidente en hacer frente a un impeachment, mantuvo además una postura muy criticada durante la pandemia de coronavirus, alentando teorías contrarias a la ciencia, y vio cómo su mandato terminaba de forma catastrófica tras su derrota en las urnas y el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores.
El asalto, perpetrado por una turba de simpatizantes de Trump, fue descrito como una intentona golpista. Tuvo lugar después de unos meses en los que el mandatario alentó teorías sobre un robo electoral e irregularidades desde el deep state para beneficiar a su rival. Los ataques se ejecutaron cuando se celebraba una reunión para ratificar los resultados de las elecciones y derivaron en un segundo juicio político contra el magnate, nuevamente absuelto. Sin embargo, sus acciones durante dicha jornada siguen siendo objetivo de causas penales.
A pesar del varapalo que supusieron estos incidentes para su figura, Trump logró aglutinar apoyos de los sectores más duros del movimiento MAGA, presentándose como una víctima de una campaña política. Esto se acentuó tras el proceso abierto contra él para intentar ocultar un pago a una ex actriz pornográfica para comprar su silencio, que derivó en que fuera declarado culpable de 34 cargos.
El exmandatario, primer presidente del país en recibir una condena, ha asegurado en todo momento que se trata de “una caza de brujas” destinada a apartarle de la política y ha cargado contra lo que describe como el “pantano” en Washington, en referencia al poder de diversas agencias y lobbies a los que acusa de dirigir realmente Estados Unidos.
Su tercera campaña, marcada por dos intentos de asesinato contra él —incluido uno en el que resultó herido de levedad por un disparo—, ha vuelto a centrarse en la lucha contra la migración irregular, los recortes de fondos a programas sociales que describe como parte de una campaña “woke”, y el fin de la guerra en Ucrania tras la invasión desatada por Rusia en 2022.
El magnate enfrenta una creciente oposición por parte de sectores republicanos que critican sus tendencias autoritarias, críticas representadas en las palabras de John Kelly, quien fuera su secretario general en la Casa Blanca y quien dijo que encaja “en la definición general de fascista”. A pesar de ello, los sondeos apuntan a una carrera muy apretada entre él y Harris de cara a lo que él mismo describe como “el día más importante para la historia del país”.