El virus de la gripe está muy cerca de nosotros, se contagia con facilidad y en población de riesgo es ina amenaza grave para la salud. Pues separ que el virus se propaga a través de diminutas gotas que salen disparadas cuando las personas enfermas tosen, hablan o estornudan. Sin embargo, existe una ruta de transmisión más sigilosa: las superficies contaminadas, y de eso habla Diego Durán en un interesante reportaje en el diario Excelsior.
La gripe ataca preferentemente el tracto respiratorio alto, la nariz y garganta, bronquios y raramente también los pulmones. La infección usualmente dura una semana y se caracteriza por un inicio súbito de fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza, malestar general fuerte, tos no productiva, dolor de garganta y secreción nasal, como podemos leer en Wikipedia. La mayoría de las personas se recupera en una o dos semanas sin requerir tratamiento alguno.
En los extremos de la vida (bebés y ancianos) así como en personas que padecen enfermedades previas como enfermedades respiratorias crónicas, diabetes mellitus, cáncer, enfermedades renales o cardiológicas, la influenza se constituye en un serio riesgo para la vida. En estas personas la infección puede desarrollar complicaciones graves, empeorar las enfermedades de fondo llegando inclusive a la neumonía y la muerte.
Galán advierte que se se toca un objeto contaminado y luego nos llevamos la mano a la cara, el virus comenzará a alojarse en tu cuerpo hasta enfermarte. Ante esta amenaza invisible en tus pertenencias, es necesario saber cuánto tiempo dura el virus vivo en las superficies. Comprender cómo el virus utiliza estos objetos como puentes de contagio es fundamental para blindar tu entorno.
Y de qué objetos o superificies hablamos, pues sobre todo de mesas donde comemos o trabajamos; de los teclados de computadora, un verdadero nido de gérmenes de uso diario; artículos deportivos, que son elementos compartidos en gimnasios o canchas; y las barandas y picaportes, puntos de contacto obligatorios en espacios públicos y privados.
Parece una obviedad, pero la mejor línea de defensa es la limpieza y la higiene personal y la vacunación anual es el paso más importante para prevenir la influenza. Hay medidas sencillas y cotidianas que ayudan a frenar la propagación de microbios, que nos rfecuerda la información de Excelsior: