Títere con cabeza

21 de diciembre de 2024
1 minuto de lectura
Un títere.

Subir la palabra al tiemblo de las injusticias me cuesta como escribidor en paz que soy, como pensante utópico a la espera de que la luz abrace a todos un día, buscando la concordia. Mi intención se ampara en la carta a los Hebreos: “Rectos tus caminos y justos todos tus juicios”.

Soy consciente de que en España hemos sido educados en la displicencia que tiene como resultado una terquedad en la apatía que aprovechan los vigilantes de turno.

En otros países, si algún ministro se atreve a plagiar un párrafo sólo de su tesis doctoral, se va avergonzado por el fraude, ya que el plagio es la más torpe manera de engañar y, como estamos viendo, el que es infiel en lo poco…

En otros países, si el Presidente hace fiestas en su casa cuando se ha prohibido en las demás a causa del covid, dimite como un abanderado del engaño. Aquí las fiestas vibran en el engaño de las comisiones sin que a nadie se le ocurra dimitir.

En otros países, al menor desgarro de la verdad no queda títere con cabeza. Aquí continúan los títeres, pero sin cabeza; los demás, aplaudiendo el teatro.

pedrouve

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