El terror gana otra dimensión cuando está basado en hechos reales. No es lo mismo ver a un monstruo ficticio que enfrentarse a la crudeza de la historia, esa que la ciencia desentierra años después. Y si no, que lo digan los admiradores de The Terror, la serie de AMC inspirada en uno de los episodios más inquietantes del siglo XIX: la expedición ártica perdida de John Franklin. Una historia que, casi dos siglos después, sigue helando la sangre tanto como los mares que se tragaron a sus protagonistas.
En 1845, 129 marineros británicos partieron con dos imponentes barcos, el HMS Erebus y el HMS Terror, con la misión de encontrar el codiciado Paso del Noroeste entre Europa y Asia. Nunca regresaron. El misterio de su desaparición se convirtió en leyenda. Margaret Atwood, en el prólogo del libro Frozen in Time, lo describe como un “rompecabezas inacabado”, una fascinación que alimenta tanto a novelistas como a científicos, según una información de El Observador.
Durante más de un siglo, se tejieron decenas de hipótesis: canibalismo, escorbuto, frío extremo, envenenamiento por plomo… No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando los restos hallados por arqueólogos y forenses comenzaron a arrojar luz sobre el destino de los tripulantes. Los cuerpos congelados, perfectamente conservados, revelaron signos de enfermedades y violencia, y los diarios de abordo recuperados terminaron de alimentar el relato de una odisea tan real como escalofriante.
Terror verídico
Este cruce entre ciencia y relato de terror ha generado una ola de adaptaciones cinematográficas y televisivas que explotan el impacto emocional del «basado en hechos reales». Series como Chernobyl, películas como Zodiac o El exorcismo de Emily Rose, y documentales como Into the Inferno exploran un territorio en el que el miedo no necesita monstruos: basta con mirar la historia.
En un mundo donde la ficción parece superada cada día por la realidad, las historias que mezclan ciencia, historia y horror siguen demostrando que el miedo más profundo es aquel que podría haberte pasado a ti. Porque cuando la verdad sale a la luz, no hay guión que la supere.