De un amigo argentino me llega, acertadamente, esta realidad social que allí se vive, aunque puede ser también trasladada a las nuestra, con las necesarias diferencias:
En LA CLASE ALTA siguen con sus negociados y carambolas entre amigos, sin pudor alguno. LA CLASE MEDIA, agobiada por impuestos que precisan los de arriba para sus despilfarros. Y LA CLASE BAJA, engañada con sobrecitos de limosna, haciéndoles ver que crecerán porque son los privilegiados del sistema…
Como se ve, mentiras en todas partes, planificaciones fracasadas en la experiencia y un río inagotable de populismo que mantiene un hechizo de papel de seda.
Hago propios los versos de Raquel Lanseros a ver si nos ayudan: “Existen lluvias grises y océanos celestes, / palabras y desiertos. Del mismo modo que / el cielo y el infierno están aquí y ahora. / Tan sólo hay que aprender a distinguirlos”.