Entendida la adolescencia como la transición entre la niñez y la adultez, no concluye neurológicamente a los 19 años. En realidad se prolonga hasta los 32, momento en el que comenzaría la verdadera vida adulta. Así lo indica una investigación médica publicada en una revista especializada. El estudio, realizado por neurocientíficos de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), sostiene que el cerebro atraviesa cinco “épocas principales” desde los primeros años de vida hasta la vejez.
En estas fases, los investigadores identifican cuatro “puntos de inflexión topológicos”: a los 9, 32, 66 y 83 años. Esto permite determinar que la adolescencia, iniciada tras la posniñez, se extiende hasta los 32 años.
Este hallazgo podría modificar los parámetros actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sitúa la adolescencia entre los 10 y los 19 años. En ese periodo, según la OMS, el cerebro busca consolidar la identidad, la independencia y las relaciones sociales.
Según recoge el Diario Las Américas, la investigación, titulada Puntos de inflexión topológicos a lo largo de la vida humana, afirma que:
«La topología estructural se desarrolla de forma no lineal a lo largo de la vida y está estrechamente relacionada con las trayectorias cognitivas»
Para llegar a estas conclusiones, se examinaron unas 4,000 personas de hasta 90 años. Ese análisis permitió identificar los cuatro momentos clave de cambio cerebral que delimitan las cinco épocas principales del desarrollo topológico, cada una con transformaciones específicas asociadas a la edad. Estas épocas son las siguientes:
Según la investigación, el cerebro de un bebé con desarrollo típico presenta al nacer una estructura comparable a la de un adulto, con distribución de centros, clubes ricos, rasgos de mundo pequeño y modularidad. Con el desarrollo temprano, las redes cerebrales se vuelven más integradas, con mayor fuerza y eficiencia, y con una modularidad en descenso.
En la adultez, numerosos estudios describen una curva con forma de “U” invertida, cuyo punto máximo aparece alrededor de los 30 años. En ese momento, el cerebro alcanza su mayor eficiencia e integración.
A partir de los 66 años se inicia un largo proceso de declive que continúa hasta las etapas finales de la vida, de acuerdo con los resultados del estudio.