Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea darán una última oportunidad al primer ministro húngaro para que levante su veto
El canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, así como los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, Charles Michel y Ursula von der Leyen, se han reunido de forma previa a la cumbre con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para tratar de desbloquear la ayuda de 50.000 millones en cuatro años para Ucrania.
Así lo ha revelado el propio Michel, que ha compartido una fotografía del encuentro en su perfil de la red social X, acompañada de un escueto mensaje: “Cuenta atrás final para la cumbre. Consultas en curso”.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea darán este jueves una última oportunidad a Orbán para que levante su veto y permita acordar la ayuda de 50.000 millones a Ucrania de forma unánime antes de pasar a activar los planes alternativos para garantizar el apoyo a Kiev.
Los líderes llegan a esta cumbre extraordinaria en un ambiente de frustración dado que el escenario de partida es idéntico al que vetó Orbán en su reunión de diciembre y sobre el que ha habido pocos avances, mientras apremia apoyar económicamente a Ucrania ante la incertidumbre también en torno al respaldo financiero de Estados Unidos.
El plan B de Ursula von der Leyen
La posición húngara impidió un acuerdo en la última reunión de jefes de Estado y de Gobierno, que concluyó sin avances para una revisión del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto a largo plazo de la UE para el periodo 2024-2027, en la que se incluye la ayuda a Ucrania y aunque la prioridad sigue siendo convencer a Orbán para cambiar de idea, la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, anunció a principios de enero un plan B para garantizar el desembolso de la ayuda.
El propio Orbán se ha ofrecido a levantar su veto a la ayuda financiera de la UE a Ucrania pero si esta no se introduce de forma fija dentro del MFP, sino que propone que se revise de manera anual a través de un voto unánime, es decir, que se estableciera un mecanismo de veto de tal forma que los países del bloque puedan decidir si seguir enviando dinero o no cada doce meses.
Al hilo de esta oferta, fuentes diplomáticas han señalado que hay una propuesta para celebrar un debate anual sobre la ayuda para Ucrania, como reclama Budapest, aunque “de ninguna manera” se concedería por unanimidad, algo que se ha establecido como una “clara línea roja”.
No obstante, si el plan de lograr un acuerdo a 27 falla, se han perfilado una serie de alternativas, a riesgo de que estas puedan tener consecuencias para el futuro funcionamiento de la toma de decisiones en el seno de la UE.