En estos tiempos vertiginosos es muy difícil poder estar enterados de lo que pasa en el mundo entero, pero hay eventos que deben ser vistos con atención porque tienen una relación o influencia directa con México. Gracias a los ataques de Israel a Irán, el resultado de una investigación llevada a cabo por la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) en contra del círculo más cercano a Pedro Sánchez ha pasado desapercibido en México.
Hay que recordar que Pedro Sánchez es un político despiadado y con mucho instinto de supervivencia. Al final de la era de Zapatero y después de la derrota electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba, Sánchez, un diputado relativamente desconocido, se presenta a las elecciones para la Secretaría General, apoyado por Susana Díaz, presidenta socialista de Andalucía. Se mantiene en el poder hasta que, después de los malos resultados para el PSOE en las elecciones de 2015 y 2016 (recuerde usted, lector, que las elecciones se repiten cuando no se puede formar gobierno en los regímenes parlamentarios). Su negativa a la investidura de Rajoy, ganador parcial de las elecciones (luego lo va a repetir con Feijóo), provocó la renuncia de varios barones del PSOE, lo que forzó su renuncia.
Cualquiera lo daría por muerto, pero Sánchez no es así. Se vuelve a presentar a la Secretaría General del PSOE en las elecciones de 2017 y gana clamorosamente el puesto del que fue forzado a salir. Consolida su poder imponiendo a un grupo de afines en los puestos clave del PSOE durante el Congreso Federal que lo nombra formalmente secretario general otra vez.
A partir de ahí pone todo su empeño por llegar a la Presidencia de Gobierno a costa de cualquier cosa. Durante 2018, el PP, desgastado por escándalos de corrupción y lidiando con un panorama político no usual con nuevos partidos en el Congreso, mantenía su gobierno gracias a una endeble coalición. El 24 de mayo de 2018 el Tribunal Supremo emite una sentencia sobre el caso Gürtel condenando a varios líderes del PP por corrupción, aunque Rajoy no estaba implicado, Pedro Sánchez propone una moción de censura que gana y Rajoy es forzado a salir del Gobierno de España. Sánchez se convierte en presidente no por elecciones generales, sino por la moción. El 2019 unas elecciones generales repetidas (otra vez) lo consolidan como presidente gracias a una alianza de partidos de “izquierda”.
A partir de ahí, Pedro Sánchez ha hecho todo por mantenerse en el poder. Lo primero es que cambió el Código Penal para aminorar las penas por los delitos de sedición y malversación de fondos para beneficiar a los responsables del referéndum catalán y que estaban siendo procesados por esos delitos. Su primer gobierno estuvo lleno de claroscuros, pero le ha beneficiado tener un PP débil desde su liderazgo.
En julio de 2023 hubo nuevas elecciones generales. En dichas elecciones el candidato del PP ganó; sin embargo, en los sistemas parlamentarios las cosas no son tan fáciles. Feijóo, líder del PP, no pudo consolidar los apoyos requeridos, mientras Sánchez, traicionando todo lo prometido durante sus campañas políticas sin empacho alguno, prometió la delegación de presupuestos, facultades y, lo peor, una ley de amnistía para perdonar a los golpistas del referéndum de Cataluña de 2017. Con ello y con una fragilidad política brutal se ha mantenido políticamente en el poder. Pero lo peor no es eso, lo peor ha sido la cantidad de acusaciones por corrupción que tiene cerca.
Su mujer está procesada por temas de corrupción y tráfico de influencias. Su hermano está procesado por usurpar funciones como encargado de artes escénicas en Extremadura, pero no sabía dónde estaba su oficina ni le conocían por allí. El fiscal general del Estado, que debería ser independiente, está procesado por filtrar información sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso para lastimarla políticamente, porque es a la única que teme.
Finalmente, el informe de la UCO contiene evidencias de “mordidas” múltiples de dos exsecretarios de organización del PSOE, gente cercanísima a Pedro Sánchez. Sánchez, fiel a su tradición, ha salido a los medios como víctima de las circunstancias, pero no creo que esta vez le alcance para sobrevivir otra vez… Aunque con esta gente nunca se sabe.
Importante para México ver cómo los escándalos de corrupción no son normalizados por la opinión pública como ya está pasando en México. Ya nada nos sorprende e indigna. La segunda parte es subrayar la importancia de contar con organismos de investigación independientes que garanticen investigaciones justas, transparentes y profesionales para encontrar delitos. España no es inmune a políticos rastreros, pero al menos parte del Estado los investiga y procesa.
*Por su interés, reproducimos este artículo escrito por Luis F Lozano Olivares, publicado en Excelsior.