No hubo víctimas ni daños importantes, excepto algunos edificios afectados en la región de Kursk
Las autoridades de Rusia han asegurado haber interceptado este lunes un total de ocho drones lanzados por Ucrania contra la península de Crimea y las regiones de Kursk y Briansk, situadas en la frontera común, en lo que han descrito como nuevos “intentos del régimen de Kiev de llevar a cabo ataques terroristas”.
El Ministerio de Defensa ruso ha señalado en una serie de mensajes en su cuenta en Telegram que los sistemas de defensa aérea han destruido cuatro drones en el noroeste del mar Negro y “sobre el territorio de la República de Crimea”.
Asimismo, ha apuntado que también han sido derribados dos aparatos en Kursk, a los que se suman otros dos en Briansk. El Ministerio de Defensa ruso no se ha pronunciado sobre posibles víctimas o daños materiales.
Por otra parte, el gobernador de la región de Kursk, Roman Starovoit, ha manifestado en Telegram que un edificio administrativo y “varias viviendas privadas” han sufrido daños en un ataque con un dron. “No hay víctimas”, ha recalcado.
Daños causados por drones ucranianos en varias regiones rusas
Starovoit ha indicado además que “otro dron ha caído en la región de Kursk”. “Hay ventanas rotas en una casa. Daremos a todo el mundo la asistencia necesaria a la hora de restaurar sus propiedades residenciales”, ha zanjado el gobernador ruso.
Horas antes, las autoridades rusas habían confirmado el derribo de un dron en la región de Tula, después de que durante la jornada del domingo interceptaran aparatos en las regiones de Belgorod, Briansk y Kursk, esta última sufrió daños en un edificio administrativo.
En las últimas semanas han aumentado las incursiones de drones ucranianos en las regiones rusas cercanas a la frontera, si bien también se han extendido a puntos en los alrededores de la capital, Moscú, con varios derribos cada día.
Los servicios de Inteligencia de Reino Unido manifestaron recientemente que los sistemas de defensa aérea de Rusia estarían teniendo “dificultades” a la hora de detectar y destruir drones lanzados por Ucrania, que han alcanzado importantes infraestructuras militares rusas.