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¡Revenge! En español suena más contundente: ¡Venganza!

Agentes de la Guardia Civil continúan trabajando en Valencia. | Fuente: Europa Press

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Cuando una persona con una vida normal, luchando con sus hipotecas para tenerlas al día, igual que sus impuestos, y las obligaciones que conlleva ser autónomo, esperando siempre tiempos mejores, para poder meter en plantilla a más trabajadores y soñando, que a pesar de que aún les faltaban años para poder estabilizar sus economías, tenía su vida más o menos controlada, tranquila y con esperanza, igual que la de sus empleados. Ahora lo habían perdido todo… Y aquel maldito día todo reventó y perdieron casa, familia sueños y esas esperanzas rotas en mil pedazos, además de la incertidumbre de no saber qué había pasado con sus mayores.

Todos los habitantes de esas zonas devastadas pensaban que el gobierno no los abandonaría y en cuestión de pocas horas se vieron arrastrados a un cataclismo sin visos de ningún tipo de socorro por parte del gobierno. No sólo pasaron las horas, fueron días de espera y angustia, pero los españoles, como buenos hermanos, en pocas horas desde todos los puntos de España, aparecieron con sus propios recursos para ayudar en todo lo que pudieron. Es sangrante saber, que el gobierno no les dio ni agua, es algo que a todos nos repele totalmente, esa parálisis de acción, y estamos en contra de ese detestable proceder de esos, los que luego cuentan historias falsas de su gran humanidad.

Ahora se nombran como benefactores de las víctimas, esas que lo son gracias a ellos, por su falta de acción, por querer saber, por no querer ver, por su falta de empatía y por ser pésimos gestores; si no valen para resolver una situación así, no podemos esperar nada de ellos, por ser unos ineptos totales. No importamos a nadie de los que gobiernan. Pueblos enteros arrasados, gente viva arrastrada por la corriente, sin poder sujetarse a nada, por la velocidad y esa avalancha de troncos ramas; y esa cantidad de vegetación seca, con esas enormes cañas que se clavaban sin piedad en los cuerpos atascados entre los coches, y los remataban.

Somos víctimas de un gobierno que desgobierna y que se lava las manos lanzando basura a otros y que, sin ninguna vergüenza, se presentan a bombo y platillo ante sus gentes, esos que les aplauden como en esos países donde les dicen cuando llorar, cuando reír y cuando inclinarse ante el “líder”. Son esos “presidentes inservibles y cobardes” que tienen a sus ordenes siervos, que son los que ejecutan las leyes dictadas por miedo a perder su “gracia” y los involucra, convirtiéndolos después, en responsables de sus desvaríos de grandeza. Todo para llenar los sacos, hasta arriba, de una avaricia sin fin. Por eso, no ponen trabas esperando la gracia de su líder, esperando la propina. Ellos cargarán con los sacos hasta la cueva, como en el cuento de Ali Babá. Hasta las rocas se pueden abrir por un desprendimiento y quedar al descubierto los tesoros guardados en sus entrañas.

Han echado por tierra ese maravilloso mito del español valiente y decidido, con fuerza y garra, ese que decía que a su familia ni tocarla. Pues nos están tocando bien… las narices. Sólo pensar con empatía, esas horas terribles de agonía que vivieron nuestros hermanos en esas tierras valencianas mientras, en unos despachos, se rifaban a quien le tocaba salvar o dejar morir; esa frialdad es para sentir pánico al depender de gente así. Todos, por veneración a sus jefes, deben seguir sus consignas y rápido, para poner las mismas frases en boca de todos y así salvarlos y continuar fagocitando, con un apetito feroz a la sombra de “LOS LOBOS” y así atiborrarse de “carne fresca” poniendo el plato… Por eso tapan todo y se someten. Saben que el jefe es su piedra filosofal y lo defienden a muerte; sólo piensan en ellos.

Pero mientras los muertos se contaban en Valencia y la gente lloraba de dolor, frustración, inseguridad y miedo, ellos jugaban con ver a quien le tocaba mover ficha… Se siente en el ambiente, como la gente normal de todo el mundo, los que no estuvieron allí, pero que lo vieron a través de la televisión, la nefasta actuación del gobierno de España. Está creciendo día a día la indignación en muchísima gente que no se queda agazapada viendo como esos chupa botas sin conciencia aplauden en su circo y tapan las fechorías más viles, por no perder ese asqueroso trabajo de barrer las basuras de sus nefastos jefes.

Todos sois partícipes de todas esas muertes. La mentira se ha hecho viral en la España junto a otros términos demasiado despreciativos con los que, fuera de nuestras fronteras, nos dedican hoy. Tendréis que pagar por vuestra pasividad y consentimiento. Lo más seguro es que os dejarán tirados y, los que más aplauden ahora, llorarán después al ser descubiertos, y se verán en los inmensos carteles con la fecha de ese fatídico día, donde las conciencias murieron, por el maldito dinero.

Por desgracia la venganza existe y la están rumiando muchos. Cuando ya no te queda nada y las ayudas no son como ellos necesitan, y se ven solos después de un mes y nadie se compromete para solucionar el dantesco paisaje que están viendo, y con el que están conviviendo aún, con ese fango tan nombrado en esos insulsos mítines. ¿Qué harías tú, si te vieses en esas terribles circunstancias? Sólo con un poco de empatía podréis saber como están sufriendo y viviendo todas esas familias que han sido dejadas por quienes juraron, o prometieron, lo que son incapaces de cumplir. Nos han engañado a todos, desde el día en que se rasgaron las cortinas y se instalaron las mentiras, por ley. Nos están dejando sólo con las cajas de cartón.

A día de hoy, no tenemos a quien dirigirnos, nos han quitado la ilusión y la esperanza, día a día, entre unos y otros, gracias a sus farragosos procedimientos y a las inactivas respuestas de quienes no actúan, quizás porque les interese el cuanto peor mejor. ¿También cambiaran las siglas?¿Se personalizarán los partidos? Puede que sea demasiado tarde… No han cumplido con sus obligaciones, y han dejado colgados a muchísimos ciudadanos que aún viven en el fango de esa riada que no fueron capaces de prevenir. Más vale que no aparezcan por allí ni los unos, ni los otros, ni los de en medio, no existe derecho alguno que admita lo hecho con esos ciudadanos a los que abandonaron a su suerte.

Gracias a esos maravillosos voluntarios llegados de todas partes, sin ellos no hubieran podido levantarse de ese lodo que les ha arrebatado todo. Sois los ángeles de Valencia y nunca lo olvidaremos. Vosotros sois una realidad palpable. Es muy necesario, no dejar de hablar de Valencia y denunciar lo que continua ocurriendo hoy, después de un mes.

Todos necesitamos ver la actuación de esa justicia que estamos pidiendo a gritos. Es un crimen cometido contra todos los españoles. Los abandonaron a su suerte. ¡¡JUSTICIA!! Para poder borrar el sentimiento de ¡¡venganza!! Ese sentimiento que está creciendo en unos pueblos rotos y llenos de heridas, al que se une todo el dolor del resto de España.

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