Carmen Saval se duele de lo difícil que es abrir la ventana y ahuyentar la noche… De niño, nos enseñaban en fotografías aquellas Cortes donde había obispos y quimeras aceptándolo todo, porque todo era verdad, su verdad, nacida en defensa de lo
MÉRITO el acumulado genitalmente por el señor Aldama, que echaba mucho de menos el cocido madrileño y ha decidido que una manta sola no cubre a tantos del intenso frío. Méritos sociales habría hecho cuando fue condecorado, con distinguida medalla, por la
Cuando la pasión deja de quitarnos el conocimiento, acuden a nuestro corazón inteligente el agradecimiento a tantos como nos han enseñado a leer y a escribir, a sentir y a comprender
“¡No hay tema!”… una y otra vez, ministros, diputados, su propio esposo y adláteres lo han asegurado. Ella misma no cesa de dejarnos claro que sus imputaciones son atrevimientos y maquinaciones políticas;