 
                ¡Que culpan tienen los circos! La culpa de lo ocurrido este jueves en la comisión del Senado creada para investigar las tramas corruptas en el socialismo español, es de una clase política inútil y mediocre que ha dado un espectáculo caótico y ramplón, un vodevil o la mismísima representación del esperpento en su definición más grotesca y estrafalaria de los hechos.
No, la imagen de lo sucedido en el Senado con el presidente Sánchez como protagonista principal de reparto, no tiene nada que ver con la dignidad de un circo en el que sus artistas se lo curran y literalmente se la juegan. Tiene que ver con la desvergüenza política, que es lo que queda cuando se falta al respeto de los ciudadanos y de las instituciones. Unos y otros, lo que llegan sin los deberes hechos y los que se toman a chanza y chacota su obligación de respetar a la institución.
Pero ninguna de esas dos cosas estaban ayer en la sala Clara Campoamor de la Cámara Alta. Hubo un presidente esquivo y en ocasiones altanero y burlón que jugó al despiste para no decir ni aclarar nada sobre los tejemanejes de sus hombres de confianza, procesados o en prisión como Ábalos o Santos Cerdán; para atacar con el ‘y tu más’ cuando le mencionan a su esposa o su hermano, inmersos en procesos judiciales, o para negar como el mejor de los judas que él conozca o sepa quiénes son Aldama o Koldo, este último por cierto, la persona en la que depositó su confianza para custodiar sus avales cuando se presentó a la secretaría general del partido. Ahora habla de él como una ‘anécdota’.
El presidente, que denostó la comisión del Senado al llamarla circo o ‘comisión de acusación’, se escondió en el ‘no me consta’, ‘no sé’, ‘no sabía nada’ y solo le falto exclamar desde la sorpresa ¡pero qué me dices! cuando el senador del PP le interrogó, hay que decirlo, sin demasiado acierto.
El ‘popular’ Alejo Joaquín Miranda de Larra, uno de los portavoces de la comisión de Investigación del caso Koldo, fue el elegido para enfrentarse al líder socialista, pero salió al campo con la voluntad de Vinicius pero sin la calidad del jugador blanco y se perdió en la bronca.
Se olvidó de repreguntar y de sacar respuestas antes de lanzar una batería de cuestiones de las que Pedro Sánchez se zafó con habilidad o con negativas. Y así fue como nos quedamos sin saber nada nuevo que no se supiese ya por las investigaciones judiciales, y así fue como el PP de Feijóo perdió una oportunidad para debilitar a Sánchez. ¿Esta era la mejor opción del PP para medirse con un parlamentario avezado y docto en el cara a cara, escurridizo y experimentado en el escapismo de la verdad? A Miranda de Larra le pesó la responsbailidad.
Menos mal que estaba la senadora de UPN María Caballero, que al menos le arrancó que sí, que él también cobró dinero en metálico en sobres en la sede del partido. Después se relajó y a partir de ahí todo fue caótico y un despropósito en el que los palmeros del sanchismo como los filoeterras de Bildu o los canarios salieron en tromba en su defensa como estómagos agradecidos. Otros, como el PNV no quisieron ni preguntar.
Feijóo prometió mucho y ha dado muy poco. ¿Quién me paga a mí las cinco horas que he perdido siguiendo en directo este lamentable espectáculo? Otra vez no te metas en ‘na’ Alberto, que es peor.
 
                
 
                
 
                
 
                
«Se olvidó de repreguntar y de sacar respuestas antes de lanzar una batería de cuestiones de las que Pedro Sánchez se zafó con habilidad o con negativas»
así es…
Buena crónica política