¿Saben lo que es un paripé, que la Real Academia de la Lengua describe como fingimiento, simulación o acto hipócrita? Yo lo identifico como un Puigdemont, el prófugo de la Justicia española que anida sus vergüenzas en una mansión de Waterloo.
Sí, el independentista catalán juega al amagar y no dar. Lo ha hecho ya varias veces en sus diatribas de ultimátum contra el Gobierno y el PSOE. Lanza órdagos contra Pedro Sánchez y sus ministros y exige el cumplimiento de los acuerdos pactados con el PSOE o retira su apoyo al Gobierno… Incluso no han apoyado algunas propuestas en el Congreso para reivindicarse ante su electorado y dar collejas al PSOE, pero nada importante porque Junts jamás retirará su apoyo al Gobierno socialista que le ha dado tanto y que le dará mucho más. Créanme, todas las amenazas de Puigdemont y los suyos son tracas de fuegos artificiales, ruido y poco más y Feijóo no debería hacer más el ridículo con esos escarceos porque, por ahora, no bailará con el catalán.
Lo último del presidente de Junts ha sido afirmar que no negociarán los Presupuestos Generales del Estado (PGE) después de que la Mesa del Congreso pospusiera de nuevo la petición sobre la cuestión de confianza a la que quiere someter al sanchismo, y pide activar una reunión urgente en Suiza entre ambas formaciones para comprobar el grado de cumplimiento de los acuerdos, con mediador y todo. «Haremos una reunión extraordinaria en Suiza para comprobar el grado de cumplimiento de estos acuerdos. A partir de hoy, la relación que tenemos con el PSOE es de suspensión de las negociaciones que tenemos a nivel sectorial», ha destacado en rueda de prensa en Bruselas tras la reunión de la permanente de Junts. Según Puigdemont, hacen estas peticiones porque no quieren que los socialistas «jueguen con el calendario», tras asegurar que no quieren seguir negociando nada a nivel sectorial con alguien que, a su juicio, no ha recuperado su confianza, como recoge EP.
Dicho así es para que el Gobierno socialista entrase en pánico porque los siete votos de Junts lo sostienen enganchado al poder, pero calma, todo es palabrería, todos son artificios y estrategia para amagar y no dar sencillamente porque el menos interesado en que este gobierno caiga es Puigdemont y los suyos. Lo que pueda pasar en el futuro si hubiese elecciones es una incógnita y el independentismo catalán sabe que nunca van a estar mejor que con Pedro Sánchez y su entreguismo a la causa a cambio de mantener el poder. Es política, solo eso. El juego de la política en sus diferentes variantes para maniobrar con los tiempos y confundir a los ciudadanos.
Puigdemont y Pedro se necesitan mutuamente y cada uno juega su papel. Practican ejercicios de trileros porque todos son unos tramposos. Ninguno quiere que el otro caiga en desgracia porque el daño sería considerable y entrarían en un juego de incertidumbres políticas que a saber cómo acaban porque, la realidad, por mucho que Tezanos y su CIS se empeñen en decirlo contrario, es que la derecha sube y el PSOE pierde fuelle. Otra cosa son las intenciones ocultas de Feijóo, que también anda escribiendo cartas de amor. No hay peor cosa que ser un ‘pagafantas’, señor Feijóo.
J.J de nuevo con la vara golpeando el olivo. Es necesario que alguien sitúe en el lugar y en su justa medida está política de tahúres practicada ya desde hace tiempo. Aburren, es mas de lo mismo. Tampoco se vislumbra un inmediato cambio.