Esta semana entró en vigor el primer paquete de medidas del plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez y creado para hacer frente a un más que probable corte de gas ruso en invierno.
De esta manera, tanto edificios públicos como escaparates han pasado sus primeras noches a oscuras. Si bien es cierto que en algunos establecimientos el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos ha ampliado el plazo del apagón hasta las 22:00 horas de este jueves.
Varios escaparates han mantenido su iluminación, aunque está previsto que en el transcurso de los días los establecimientos pulsen el botón de apagado para evitar las temidas sanciones que oscilan entre los 60.000 euros en la mayoría de los casos, hasta los 6 y 100 millones de euros para las faltas más graves.
Las medidas aprobadas tras la orden de la Comisión Europea de reducir un 7% el consumo energético ha despertado controversia entre las comunidades.
Mientras Andalucía se adelantaba a las medidas del ejecutivo, las comunidades gobernadas por el Partido Popular (PP) siguen mostrándose muy reticentes; como en el caso de Madrid, que no dudará en recurrir la normativa ante el Tribunal Constitucional.
Al margen de que entre empresarios y comunidades autónomas la ley haya suscitado malestar y disparidad de opiniones, la pasada madrugada se han podido observar unas calles más oscuras de lo habitual, escasamente iluminadas por los faros de los vehículos y las farolas de alumbrado público.
Mientras en las calles hay disparidad de opiniones al respecto. Muchos ciudadanos respaldan el plan de medidas del Gobierno y aseguran que “con las luces de las calles ya hay mucha iluminación”. De hecho, muchos de ellos aseguran que si los establecimientos están cerrados “no es necesario que los escaparates permanezcan iluminados” porque “la gente compra por el día”.
En cambio, hay gente que ve el apagón como algo negativo. ¿El motivo? La sensación de “tristeza e inseguridad” que conlleva la oscuridad. Y es que algunos ciudadanos se muestran con “miedo” a pasear por las calles al caer la noche, pues consideran que “habrá más violencia y robos”, aseguran a este periódico varios encuestados.
De esta manera, España se convierte en el primer país de la Unión Europea en implementar unas medidas muy severas llevadas a cabo por el Ministerio de Transición Ecológica para reducir el gasto tanto en las empresas como en la ciudadanía española.
Por ejemplo, está previsto que Francia presente el plan de contingencia energética después del verano. Entre las medidas aprobadas por el presidente Macron se encuentran regular la temperatura de los locales en 26 grados y apagar algunos edificios públicos no emblemáticos. En el apartado de sanciones, el país galo se muestra más laxo que España, pues las cifras se sitúan entre los 600 y 1.500 euros para quienes incumplan la orden.
Portugal, por su parte, ha anunciado que esperará a ver qué resultados obtiene la puesta en marcha de las medidas en España para poner en práctica el suyo.