Por primera vez en la historia, la obesidad infantil ha superado al bajo peso a nivel mundial. Así lo revela un informe de UNICEF que analiza la situación en más de 190 países. Mientras el porcentaje de niños y adolescentes con bajo peso ha bajado del 13 % en el año 2000 al 9,2 % en la actualidad, la obesidad ha pasado del 3 % al 9,4 %. Esto afecta a 188 millones de menores y llega a 391 millones si se considera el sobrepeso.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, advierte que la malnutrición ya no solo significa bajo peso. La obesidad también es una amenaza seria para la salud y el desarrollo de los niños. Según el informe, estos menores tienen mayor riesgo de enfermedades futuras como diabetes tipo 2, hipertensión, problemas cardiovasculares e incluso ciertos tipos de cáncer.
El informe identifica varias causas. La alimentación basada en alimentos ultraprocesados, baratos y de alta densidad energética está reemplazando la dieta tradicional rica en frutas, verduras y proteínas. Además, los niños no eligen estos alimentos por sí mismos: crecen en entornos donde la comida rápida y los ultraprocesados están presentes en colegios, tiendas y publicidad digital. Una encuesta mundial realizada en 2024 reveló que el 75 % de los jóvenes vio anuncios de productos poco saludables la semana anterior, y el 60 % admitió que esto aumentó sus ganas de consumirlos, según ha publicado Europa Press.
Los países insulares del Pacífico lideran la lista de obesidad infantil, con cifras alarmantes en Niue (38 %), Islas Cook (37 %) y Nauru (33 %). Otros países de ingresos altos, como Chile, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, también muestran índices elevados. En naciones de ingresos bajos y medios, el sobrepeso y la obesidad están en aumento, aunque la desnutrición infantil sigue siendo un problema grave en menores de cinco años.
UNICEF resalta la necesidad de políticas urgentes que garanticen acceso a alimentos nutritivos y saludables para todos los niños. Ejemplos positivos incluyen España, con su Real Decreto de Comedores Escolares Saludables, y México, que limita la venta de ultraprocesados en escuelas públicas. Estas medidas buscan mejorar los entornos alimentarios y reducir la exposición de los menores a productos dañinos.
El organismo hace un llamado global a tomar medidas integrales. Esto incluye etiquetado claro de alimentos, restricciones a la publicidad de productos poco saludables, impuestos o subvenciones que fomenten dietas nutritivas, y programas sociales que combatan la pobreza. Solo así se puede proteger a la infancia y evitar que la obesidad siga creciendo con consecuencias sanitarias y económicas a largo plazo.