Hoy: 22 de noviembre de 2024
El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, decidió al sustituir a Meritxell Batet como candidata a presidir el Congreso de los Diputados de la XV legislatura, cuyo parto está previsto para el próximo jueves, día 17 de agosto, optar por una personalidad con una cualidad esencial: representar el consenso plurinacional. Su nombre: la exexpresidenta durante ocho años de la Comunidad Autónoma de Baleares desde las elecciones del 28-M y flamante diputada del Congreso de los Diputados Francina Armengol.
Veinticuatro horas antes de la constitución de las cámaras de acuerdo con la nueva representación parlamentaria, Sánchez anunciará su propuesta formal al grupo parlamentario socialista, citado para el miércoles, día 16 de agosto. La candidatura de Armengol goza de un amplio apoyo interno. “Eso es un miura”, dijo a EL PERIÓDICO una exministra. “Pero si ha dicho que no”, señaló otro dirigente socialista, a lo que obtuvo de otro representante: “¡Es que Pedro es mucho Pedro!”. Un ministro del Gobierno en funciones exclamó: “Me parecería fantástico”.
En efecto, la relación de sintonía entre Armengol y Sánchez es de larga data y ha pasado por diversas pruebas a lo largo de la historia política reciente, desde compartir el “no es no” a la investidura de Mariano Rajoy, en 2016, sus discrepancias al apostar por la candidatura de Patxi López en las primarias del PSOE en 2017 para unificar el partido, al respaldo que obtuvo de Sánchez para superar zancadillas de algunos barones autonómicos con medidas unilaterales, como en Valencia o Aragón, hasta la convicción mutua de ambos de que España tiene bases en la Constitución española para convertirse en un verdadero estado federal de nacionalidades y regiones.
Precisamente, la relación continuada de Armengol con los partidos nacionalistas (Euskadi) e independentistas (Catalunya) es un activo que ha hecho más fácil la “retirada” de Batet por “razones personales”, dos palabras utilizadas por la todavía actual presidenta de las Cortes al explicar su deseo de no repetir.
Recurso de amparo
Con todo, en esas “razones personales” hay que incluir el hecho de que está pendiente contra Batet en el Tribunal Constitucional un recurso de amparo parlamentario del diputado Alberto Rodríguez, expulsado por la presidenta del Congreso por toda la legislatura tras consultas con el presidente de la Sala Segunda, Manuel Marchena, que presidió el tribunal que condenó a Rodríguez a una pena de cárcel de 1 mes y 15 días, multa de 540 euros y pena accesoria de inhabilitación especial para ejercer el sufragio pasivo (ser elegido en caso de nuevas elecciones) de 45 días. El fiscal jefe del TC, Pedro Crespo, solicitó en mayo de 2022, la restitución del escaño al señalar que Batet había ido más allá de lo que pedía el Supremo. La sentencia, muy retrasada, se prevé para el otoño.
Pero, además, la relación de pareja entre Batet y el magistrado del TC, Juan Carlos Campo, nombrado en enero pasado, suponía, tanto en relación con el caso de Alberto Rodríguez, como en el de futuros recursos de amparo parlamentarios en los que podría intervenir Batet en la nueva legislatura, contemplar la abstención del magistrado en las votaciones. Y ello, a su vez, derivaría en un debilitamiento de la mayoría progresista dentro del TC, habida cuenta de que, además, el Senado, con amplia mayoría del Partido Popular, tiene pendiente nombrar al magistrado que sustituirá al conservador Alfredo Montoya, que renunció por motivos de salud en julio de 2022.
Francina Armengol ha estado digiriendo los malos resultados que, según ella reconoció inmediatamente, impidieron reeditar por otros cuatro años su presidencia en Baleares. Sin embargo, el Partido Socialista incrementó su caudal de votos el 23J y la propia Armengol resultó elegida junto con otros dos escaños más al Congreso.
Estado federal
Fuentes de otros partidos consultadas señalan que “sería una digna sucesora de Félix Pons”, quien ejerció durante 10 años la presidencia del Congreso de los Diputados entre julio de 1986 y marzo de 1996. Pero a diferencia de Pons, que fue ministro de Administración Territorial durante un año en el Gobierno de Felipe González, Armengol ha ejercido la presidencia de Baleares durante dos mandatos.
En su trayectoria política Francina Armengol ha defendido que el Estado debería bascular hacia la periferia. “Yo soy claramente federalista, creo que España tiene que seguir desarrollando el sistema de las autonomías para avanzar hacia un estado federal pleno”, explicó en junio de 2021 en una comparecencia en las jornadas del Cercle d’Economia. “Judicializar este proceso [en referencia a la política catalana del Gobierno de Rajoy] es un gran error y después de tantos años seguimos sufriendo las consecuencias. Si los indultos ayudan a avanzar en este proceso de concordia y para encontrar una solución, bienvenidos sean”, enfatizó en aquellos días.
La negociación de la Mesa del Congreso entra en un momento clave sin que Junts haga gestos
En la etapa que se abre, si es posible conseguir la investidura de Pedro Sánchez primero y gobernar más tarde, el Parlamento va a jugar, por el equilibrio de las fuerzas en danza, un papel político esencial. Pedro Sánchez cree, precisamente, que Francina Armengol reúne esa cualidad requerida… una cualidad que las fuerzas que se disponen a negociar el apoyo a su investidura aprecian.
Aunque al parecer Carles Puigdemont “habría nutrido la música de la milonga”, como dijo un diputado a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del PNV para la presidencia del Congreso de los Diputados -el lendakari Iñigo Urkullu fue el negociador, fallido, pero negociador al fin, con Rajoy en octubre de 2017- el PSOE no va a flirtear con “sueños de una noche de verano”, según dijo la fuente.