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Pedro Jorge Solans: “Creo que la poesía puede transmutar la maldad en bondad”

'Oscuro y sin luceros, última obra de Pedro Jorge Solans

El escritor y periodista argentino Pedro Jorge Solans. /FI

El escritor y periodista acaba de publicar ‘Oscuro y sin luceros’, un poemario que trata de ser “un compromiso con la realidad”

Pedro Jorge Solans, el escritor argentino nacido en la provincia del Chaco pero radicado en Córdoba, eligió la poesía para abordar temas que le imprime a su obra un carácter social con aspiraciones a ser considerada poesía negra, aunque este género no abarque a la poesía que aborda la desigualdad machista. Su última obra, ‘Oscuro y sin Luceros‘, ha sido publicado por Avant editora (Madrid, 2024) y mantiene ese perfil reivindicativo y exigente.

Solans, con su impronta latinoamericana, trata de denunciar poéticamente la violencia hacia la mujer, el desprecio ante la diversidad. Desde el verso libre, en un estilo sencillo y directo, con un lenguaje coloquial poetiza la oscuridad detrás de historias con desenlaces fatales: obsesiones, alienación, pobreza, abandono, migración ilegal, amores incomprendidos.

Sus poemas no justifican, solo hablan.

Llega ‘Oscuro y sin luceros’, su última obra, con el ánimo de un poeta preocupado por la realidad que nos circunda…
Sí, realmente no sé si decir que estoy preocupado, yo diría que se trata de un compromiso con la realidad. Tampoco me interesa que este poemario sea considerado de carácter social porque las historias que abordo desde una poética poco ambiciosa superan a cualquier género literario. Son historias que marcan una época en donde la humanidad está abrumada por los desafíos que debe afrontar. Por ejemplo, la violencia hacia la mujer hoy no es más ni menos que la que sufrió en toda la historia; lo que sucede es que llegamos a un extremo de tensión que está en riesgo la supervivencia de la especie, y hoy se necesita imperiosamente que las mujeres ocupen el rol que se merecen por derecho propio, que sus capacidades no sean desechadas, el mundo necesita mujeres empoderadas. El futuro incierto de la vida requiere de una integración más amplia que la de los mismos géneros sexuales, o de cualquier otra diversidad.
—Es una expresión de poesía negra. ¿En qué sentido habla o se puede interpretar la poesía negra en este libro?
El poemario aspira a ser considerado como poesía negra porque desde el verso libre, con estilo sencillo y directo, intenté poetizar las oscuridades detrás de las obsesiones, de los desprecios, las expresiones violentas, de las alienaciones, de las discriminaciones.
—Para usted la poesía ¿es un estado de ánimo?

No, no. Es una expresión estética profunda del ser humano que surge en los tiempos más oscuros de la vida, y eso se notó en la última pandemia, —la de la covid-19—, que soportó la humanidad, cuando el hombre encerrado buscó la poesía para recluirse. Se recluyó en ella, en la poesía, para esbozar un futuro, para reconstruirse en una esperanza.
—Le da la palabra a la injusticia, la pobreza, al maltrato, al desprecio, a la diversidad; en definitiva, a los males de la sociedad moderna que son realmente síntomas de la debilidad humana…
Es cierto, aunque estos males son los males de todos los tiempos, porque las miserias humanas existieron siempre. Sucede que, ahora, se insista más en forma grosera en ignorarlos para construir un mundo elitista y expulsador de vidas. Este poemario utiliza las palabras precisas, sin eufemismos, usa palabras preñadas de contenidos para nombrarlos, para acusarlos, para ponerlos en evidencia y cuestionarlos.
—Y claro, en ‘Oscuro y sin luceros’ está el amor en sus diferentes variables y expresiones.
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Habría que ver si todos entendemos lo mismo por amor.  Por otro lado, es cierto, el amor es el motor de la poesía, diría de toda expresión artística, y esencialmente, de la lírica, y de la voz alzada de los artistas. Se me viene a la memoria a los mártires de la poesía y de la exquisitez como Federico García Lorca o Leopoldo Lugones o Alfonsina Storni. Pero, en nombre de un amor distorsionado, también puede ser el peor de los males; y su sombra puede ser un escenario sombrío.
—Dice usted que este libro está dedicado a los poetas. ¿Llegará un momento en que solo nos quedará la poesía como antídoto de la maldad y como alimento de la bondad?
El poemario está dedicado a poetas amigos con quienes compartimos la misma savia. Son mis maestros, mis guías, mis amigos, con quienes aprendí a leer poesía en sus miradas: Luis García Montero, Leopoldo “Teuco” Castilla, Aldo Parfeniuk, el poeta niño-campesino, José María Cotarelo Asturias…   Aunque sería muy presuntuoso pensar que está dedicado solo a todos los poetas; todo lo contrario, la poesía es para mutar a cualquier lector. Pero volviendo a la pregunta, es probable que la poesía sea antídoto de la maldad, aunque creo más en la probabilidad que la poesía transmute la maldad en bondad.

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