La muerte del Papa Francisco este lunes ha reactivado un antiguo y enigmático manuscrito que desde hace siglos alimenta el misterio y el miedo en torno al final de los tiempos: la llamada Profecía de los Papas. El documento, atribuido al místico irlandés San Malaquías en el siglo XII, anuncia una sucesión de 112 pontífices desde el año 1143… y solo uno más tras Francisco: Pedro el Romano, el último.
El texto, conservado durante siglos en los archivos del Vaticano, describe con frases breves a cada Papa. Según los estudiosos, el Papa Francisco —último mencionado antes de Pedro el Romano— estaría directamente ligado al cumplimiento de esta predicción. Y la coincidencia inquieta aún más si se tiene en cuenta que varios de los cardenales favoritos para sucederle se llaman Pedro, según una información escrita por B.Rodríguez, publicada en Excelsior.
Según la tradición católica, tras el fallecimiento de un Papa se inicia un proceso que podría durar semanas. Hasta 120 cardenales menores de 80 años se reunirán en el Vaticano en un cónclave secreto para votar a su sucesor. La elección exige dos tercios de los votos y puede prolongarse durante varias jornadas si no hay acuerdo. Mientras tanto, crece el interés por saber si el próximo pontífice será ese “Pedro el Romano” anunciado hace casi 900 años.
La frase final de la profecía es lo que más escalofríos provoca: «Durante la persecución final de la Santa Iglesia Romana, reinará Pedro el Romano, que alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez temible juzgará al pueblo. Fin.»
Aunque la Iglesia nunca ha reconocido oficialmente esta profecía como válida, su precisión en identificar a pontífices anteriores ha generado numerosos debates. Además, algunos estudiosos han asociado sus mensajes con otras visiones apocalípticas, como las de Nostradamus, quien también vaticinó un último Papa en tiempos de caos.
La coincidencia de este texto con la situación actual —una sede papal vacante y una crisis global— no ha pasado desapercibida entre los más supersticiosos. Las redes sociales y foros religiosos hierven de teorías, mientras en Roma se preparan discretamente para lo que, hasta ahora, es solo una elección más… o quizás algo más.
Curioso artículo. Inquitante