El mandatario de Naciones Unidas para los Derechos Humanos recuerda la muerte este fin de semana de dos adolescentes tras ser tiroteados por militares de Israel
Si hubiesen leído los Sonetos del amor oscuro, de Federico García Lorca, les habría llegado a los carceleros o a los responsables de la seguridad en la prisión de Estremera, el llanto silencioso del poeta: “Oye mi sangre rota en los violines”