“Desgracia es que la mayor prueba de una verdad sea el número de sus creyentes, siendo así que, en una multitud, los tontos sobrepasan con mucho a los sabios.”
Cuando escribo este candil siguen en el aire los resultados de las votaciones en Cataluña sin dejar de reconocer que, salvo milagro, se cosecha lo que se siembra. Tiempos los nuestros de populismo ignorante y convenido, de escasa reflexión y muchas emociones