En mi casa se compraba el ABC porque era muy enrollable debajo del brazo, manteniendo libres las manos para otros menesteres. Pero alguno de los miembros familiares recomendaba leer el PAÍS, de vez en cuando, escuchar a ráfagas la SER y atreverse…
Muchos años después de la guerra civil, el padre Ángelo se pasaba las tardes en la mesa camilla de la sacristía esperando penitentes mientras cambiaba de lugar las cintas de su breviario. La iglesia que regentaba el padre Ángelo era la única…