Con elecciones, todos los meses los políticos se dejarían ver en la calle fuera de sus coches oficiales, abrazarían y besarían niños mocosos sin cara de interés…
A veces la realidad no puede soportarse sin exclamaciones que sirvan, al menos, de desahogo. El Eclesiastés nos enseña que hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para bailar. Hay un…