Prepárate para una Semana Santa pasada por barro. La borrasca Olivier no llega de puntillas, sino con toda la fuerza de un temporal que pondrá a prueba paraguas, ventanas y pulmones en gran parte de la Península. Durante los próximos días, el cielo se teñirá de tonos ocres y anaranjados por la llegada masiva de polvo sahariano, y las lluvias se convertirán en lo que popularmente se conoce como lluvias de sangre—ese fenómeno en el que las gotas arrastran partículas de barro y dejan coches, calles y balcones teñidos de rojo tierra.
Según ha adelantado Sergio Escama Sánchez, meteorólogo de Meteored, «pronto habrá más polvo del Sáhara en los cielos de Madrid que en los de Marrakech». La borrasca Olivier impulsará por su flanco delantero una enorme masa de aire cálido y turbio, acompañada de un potente flujo de vientos del sur y suroeste que transportará grandes cantidades de arena en suspensión desde el desierto africano.
Las lluvias ya comenzarán a notarse con intensidad a partir de este viernes y se extenderán, en mayor o menor medida, hasta el Domingo de Ramos. Las regiones más afectadas serán Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares, donde se prevén las concentraciones más altas de polvo en el aire y, por tanto, la mayor probabilidad de lluvias con barro.
Por el contrario, cuanto más al norte y este uno se encuentre, menor será la intensidad y frecuencia de las precipitaciones. Aun así, los cielos estarán cubiertos y el ambiente cargado, lo que podría afectar también a personas sensibles a problemas respiratorios debido a la elevada concentración de partículas en suspensión.
A esto hay que sumar el viento: se esperan rachas muy fuertes, que podrían superar los 70 km/h en zonas costeras y de montaña. Esto incrementa el riesgo de caída de ramas, desplazamiento de objetos y empeoramiento de la calidad del aire. Protección Civil ya ha emitido recomendaciones básicas como asegurar elementos exteriores, evitar desplazamientos innecesarios y mantenerse informado del pronóstico.
Además del impacto visual y ambiental, las lluvias de sangre pueden tener consecuencias económicas y logísticas. Las procesiones de Semana Santa en zonas como Sevilla, Málaga o Murcia están en el aire, literalmente, ya que muchas podrían cancelarse o verse interrumpidas por el temporal. Por otro lado, agricultores de las regiones afectadas también miran al cielo con preocupación, ya que el polvo mezclado con el agua puede dañar cultivos delicados.
La borrasca Olivier se suma a una temporada primaveral que está arrancando con fuerza y recordando que el clima, cada vez más extremo, no da tregua. La recomendación general: paraguas, mascarillas para los más sensibles… y mucha paciencia.