Más allá de las bromas y las tendencias virales, la realidad jurídica de gestionar una gran cadena de supermercados implica navegar por complejos conflictos laborales y de responsabilidad civil
Mercadona, el conocido supermercado, ha estado en el centro de atención recientemente, no solo por la curiosa tendencia de usar sus pasillos como un lugar para ligar, sino también por una serie de conflictos legales que han involucrado tanto a empleados como a clientes, según informa Confilegal.
Mientras la idea de “ligar en Mercadona” ha generado innumerables vídeos y memes en redes sociales, las situaciones más serias han llevado a la cadena a enfrentarse a diversos desafíos en los tribunales, con resultados mixtos.
En uno de los casos más destacados, el Tribunal Superior de Justicia de Gran Canaria declaró nulo el despido de una trabajadora a la que se le había modificado su horario sin previo aviso. La empleada, que estaba en reducción de jornada para poder conciliar su vida laboral y familiar, fue despedida después de negarse a aceptar el nuevo horario. La justicia dictaminó que la empresa había actuado de manera incorrecta al no respetar los derechos de la trabajadora, ordenando su readmisión.
Otro caso relevante involucró a una trabajadora de Mercadona en Las Palmas de Gran Canaria, quien sufrió una crisis de ansiedad tras ser despedida por presunto hurto. Aunque la empleada alegó que su despido se debía a una situación de acoso laboral, el tribunal rechazó su petición de declarar su incapacidad temporal como resultado de un accidente laboral. Los magistrados determinaron que la crisis se debía al despido por una falta grave y no al acoso, fallando a favor de la empresa.
En Baleares, el Tribunal Superior de Justicia declaró improcedente el despido de un trabajador que había sido sorprendido consumiendo productos destinados a la basura. El empleado, con más de 25 años en la empresa y sin sanciones previas, fue despedido por tomar alimentos que estaban a punto de ser desechados. El tribunal, reconociendo la larga trayectoria del trabajador y la falta de antecedentes disciplinarios, ordenó su readmisión o una indemnización significativa.
Una empleada fue despedida por realizar operaciones fraudulentas en caja
Otra controversia surgió en Ciudad Real, donde una empleada fue despedida por realizar operaciones fraudulentas en caja, quedándose con el dinero de las anulaciones de compras. El Juzgado de lo Social Nº1 de la localidad consideró procedente el despido, basándose en las pruebas de videovigilancia que mostraban cómo la trabajadora manipulaba los billetes tras anular las compras.
Finalmente, Mercadona también tuvo que enfrentarse a una demanda de una clienta de 68 años que afirmó haberse caído en uno de sus establecimientos debido a un derrame de zumo en el suelo. La mujer solicitó una indemnización de 27.000 euros por los daños sufridos, pero tanto el Juzgado de Primera Instancia Nº2 de Tarragona como la Audiencia Provincial desestimaron la demanda, al no encontrar pruebas suficientes de que la caída hubiese sido causada por el derrame.
Estos casos subrayan los retos legales que Mercadona ha tenido que enfrentar recientemente, mostrando que, más allá de las bromas y las tendencias virales, la realidad jurídica de gestionar una gran cadena de supermercados implica navegar por complejos conflictos laborales y de responsabilidad civil.