Entre los ciudadanos son habituales las quejas por el alto coste de la vivienda, la subida de los alimentos o el precio de los carburantes. «Nunca se termina de pagar», se escucha a menudo. Y, en ocasiones, ni siquiera con la muerte cesan los gastos. Enterrarse o ser incinerado también cuesta dinero, según recoge el diario La Información Económica.
Este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, millones de españoles visitarán los cementerios para recordar a sus seres queridos. Muchos de los fallecidos contaban con una póliza de decesos que cubre los gastos del sepelio. Otros, sin embargo, no la tenían, lo que obliga a las familias a asumir el coste total del entierro o la incineración.
El dilema que se plantean muchos hogares es claro: pagar los gastos cuando llega el fallecimiento o contratarlos por adelantado mediante un seguro de decesos, que permite abonar pequeñas cantidades durante años.
Según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio medio de un sepelio en España supera los 3.700 euros, aunque puede alcanzar los 5.000 dependiendo de la ciudad. Los gastos incluyen ataúd, inhumación o incineración, flores, coche fúnebre y esquelas.
El ataúd es el elemento más caro, ya que un modelo estándar, sin lujos, cuesta entre 600 y 1.300 euros, con una media de 1.200. El alquiler del tanatorio supera los 500 euros, y hay otros gastos variables: coronas que rondan los 100 euros, flores, personal, transporte o preparación del cuerpo.
Aunque el precio del cementerio depende del municipio, incluye el servicio de inhumación y el coste del nicho. En algunos casos se añaden tasas adicionales por mantenimiento o movimiento de lápidas. El coste medio en España es de 668 euros, aunque puede oscilar entre 75 y más de 2.000 euros.
Estos importes pueden aumentar por varios motivos, como elegir una fila concreta del nicho, optar por una sepultura o panteón, actuar sobre restos familiares previos o ampliar la concesión del espacio funerario, que suele tener una duración de entre 75 y 99 años.
En cuanto a la incineración, este servicio representa ya más del 45% de las defunciones en España. Su precio medio es de 612 euros, aunque también varía mucho según la localidad, entre 200 y 1.122 euros.
Advierte la OCU de que los seguros de decesos no siempre son la opción más rentable. Según sus estudios, a largo plazo se acaba pagando entre el doble y el triple del coste real de un funeral.
Por su parte, la Unión Española de Entidades Aseguradoras (UNESPA) señala en su última memoria social que el 46% de la población española tiene contratado un seguro de decesos. Explican que este tipo de póliza ayuda a las familias en momentos difíciles, gestionando el sepelio y otros trámites como la testamentaría o la vida digital del fallecido. «Prácticamente la mitad de los españoles está protegida por este seguro», subraya la patronal.