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Mirando al cielo

El cielo y la tierra. | Fuente: Pixabay

El cielo, la tierra y la conexión con lo divino

Cumplida su tarea en la tierra y, ante la vista de todos, Jesús se deja llevar por la mano del viento que le aleja de nuestros ojos. Los apóstoles, embobados, no dejan de mirar hacia arriba, ensimismados en la maravilla. Pero dos ángeles les llaman la atención: “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?…”

Si miramos al cielo todo el tiempo, corremos el peligro de abandonar las cosas de la tierra. Si a la tierra miramos demasiado, sin apenas una ojeada al cielo, seguramente no tendremos sabiduría para cumplir con aprovechamiento los quehaceres de aquí abajo.

Ascender a la manera de Cristo sólo es posible juntando lo divino con lo humano. Lo contrario, aunque no lo parezca, es condenarnos al triste paisaje de los gusanos.

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