En México no se necesita un dictador con botas, sable y armas. El gobierno de México camina firmemente hacia la dictadura mientras el público le aplaude agradecido.
Aquí el gobierno gana las elecciones libres, y luego amaña el resultado: coopta y amenaza a los órganos electorales para que le den 16% más legisladores, como si hubieran ganado 9 millones más que los votos que obtuvieron. Si le faltan senadores para su mayoría, usa los instrumentos del Estado para cooptar los que le falten para poder cambiar la Constitución sin el consenso de la oposición.
*Por su interés, reproducimos este artículo escrito por Carlos Loret De Mola y publicado en El Diario De Yucatán.