Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, denunció este domingo el “clima de fanatismo ideológico” que reina en las redes sociales después de que un profesor deseara públicamente la muerte de su hija. “Ninguna divergencia política, ninguna lucha ideológica puede justificar un ataque a los hijos”, escribió Meloni en su cuenta de X, subrayando que se ha cruzado un límite intolerable.
El mensaje en cuestión hacía referencia al reciente feminicidio de Afragola, deseando a la hija de Meloni “la misma suerte” que la joven asesinada. El Ministerio de Educación ha anunciado una sanción contra el docente, recordando la responsabilidad que tienen los profesores en formar no solo en conocimiento, sino también en valores y respeto.
Meloni recibió una ola de solidaridad, desde el presidente Sergio Mattarella, quien la llamó personalmente, hasta figuras de todo el arco político. El autor del comentario, por su parte, pidió disculpas públicas, aunque mantuvo sus posiciones ideológicas.
La líder italiana advirtió que no se trata de casos aislados, sino de un ambiente social “enfermo”, donde el odio ha normalizado ataques personales. Mensajes similares también alcanzaron a las hijas del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, lo que ha encendido aún más las alarmas sobre los límites del discurso en redes.
Desde su partido Fratelli d’Italia hasta figuras de la oposición como Simona Malpezzi (PD) o Carlo Calenda (Azione) condenaron enérgicamente los ataques. Arianna Meloni, hermana de la primera ministra, también mostró su indignación: “¿Cuánto más tenemos que soportar? Toda mi solidaridad con Giorgia y mi sobrina”.
La polémica reabre el debate sobre los discursos de odio en la política italiana y el papel de las redes sociales en amplificar mensajes violentos. Para Meloni y muchos líderes, es momento de poner freno al deterioro del debate público.