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Mariquitas Pérez

Joaquín Sabina

JOSEFA FRAILE MUÑOZ

Gracias a sus letras convertidas en melodías hemos podido tener nuestros 20 minutos de fama.

¿Al infierno se va por atajos, jeringas y recetas?… al infierno no se llega jamás si personas como usted nos alivian el alma advirtiéndonos del peligro, unas almas que nos hubieran sido arrebatadas si no hubiera existido ya que fue usted quien nos hizo visibles, reales, humanos, dentro de una sociedad llena de caníbales impunes.

Pero por muy canalla (como usted se define o le definen) que sea, para mi D. Joaquín siempre será un canalla elegantemente impertinente, incómodo para algunos, ¿cabrón con mayúsculas?, pero nunca un chulo de playa.

“CHICAS BARBIES SUPERSTAR”, también escribió sobre ellas y las que solo fuimos unas chonis poligoneras, usted nos convirtió en diosas de su particular y maravilloso olimpo creativo.

Si a media noche por la carretera, detrás de una gasolinera unas luces rojas y amarillas te hacen un guiño, párate y frena, y si la Magdalena te pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago….

Un caballero Sabina que nunca presumió de estilo pero sí de principios, porque total todos tenemos un alma que perder entre curvas redentoras, donde derrapar es muy sencillo.

20 años de príncipes azules, que se marchaban antes de llegar, de urgencias, disimulos y rutinas, 20 años de mitos mal curados, 20 años dibujando DIEGUITOS Y MAFALDAS, seguramente deseosos o deseosas de que usted les hubiera subido en algún momento de su vida la pollera.

¡QUÉ VIVA LA CALLE TIRSO DE MOLINA, ANTÓN MARTIN, EL RASTRO, Y EL ATLÉTICO DE MADRID!, porque cuatro cosas hay en Madrid que brillan más que el sol, ¡EL MERCADO DE MARAVILLAS, LA PLAZA DE CEDACEROS, LA TABERNA SAN MIGUEL Y SABINA!..

Te juro Joaquinito que las modistillas de Madrid te coserán de mil amores ese siete que tienes en el corazón, sin prisa, que ya se yo que las misas de réquiem no son de tu agrado, que el cura que ha de darte la extremaunción no es ni siquiera monaguillo, que tu traje de madera, que ve tú a saber cuando estrenaras, ni siquiera está plantado.

Cada vez que tengo que levantarme sin ganas, recuerdo esa frase suya que hace que me ponga las zapatillas, esa que dice que “HAY BESOS QUE RESUCITAN A UN MUERTO”, pues si ese día va a ser el día que me lo den, solo eso me hace seguir respirando, pues usted lo mismo.

No le dé nunca una alegría de esas características a nadie, y mientras tanto continúe procurando que Dios no sea su abogado de oficio, porque su lugar no está donde habita el olvido.

HOY LE DIGO ¡HOLA!, NUNCA ¡ADIÓS!, NO LO HAGA USTED TAMPOCO, EN TODO CASO DON JOAQUÍN…

¡¡¡¡HASTA MÁS VER!!!!

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