El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, inauguró este viernes en Madrid la gran exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena, una muestra que reivindica el papel de las mujeres en las culturas originarias del país. Durante el acto, Albares subrayó que la historia compartida entre España y México tiene “claroscuros”, y reconoció que “ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios”. “Justo es reconocerlo y lamentarlo. Esa es parte de nuestra historia compartida, no podemos negarla ni olvidarla”, afirmó el ministro en un discurso en el que también participó el embajador mexicano Quirino Ordaz Coppel y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
Las palabras del ministro llegan pocos días después de que la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum recordara que su Gobierno sigue esperando una disculpa formal de España por el pasado colonial, una petición que ya había formulado su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, al Rey Felipe VI. Aunque Albares evitó referirse directamente a esta demanda, su tono conciliador marcó el inicio de una exposición que busca, precisamente, tender puentes culturales entre ambos países.
La muestra, organizada con la colaboración del Gobierno de México, reúne 435 piezas procedentes de diferentes museos y colecciones mexicanas. Está distribuida en cuatro sedes madrileñas: la Casa de México en España, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Arqueológico Nacional (MAN) y el Instituto Cervantes. Según explicó su comisaria, María Teresa Romero, las piezas abarcan un periodo de más de 3.000 años, desde el 1400 a.C. hasta el siglo XXI, representando una visión panorámica de la mujer en las culturas indígenas.
“La mujer permite la continuidad de esta riqueza ancestral”, destacó Romero, quien insistió en que el objetivo de la exposición es mostrar el papel central de las mujeres en la transmisión cultural y la preservación de la identidad indígena. “Los pueblos indígenas actuales son los herederos de esa sabiduría ancestral. Ya no construyen pirámides, pero su pensamiento y su cosmovisión siguen vivos”, añadió. La comisaria subrayó también la diversidad cultural del México contemporáneo: “Hoy existen 74 pueblos y 68 lenguas nacionales, además del español”.
En la Casa de México, las obras están centradas en el ámbito divino de las mujeres dentro de culturas como la maya, la huasteca o la mexica, donde la figura femenina se asocia al agua, la noche o la fertilidad. “El cuerpo desnudo de las mujeres va más allá del erotismo: son símbolos de vida y renovación”, explicó Romero, destacando la importancia de entender el arte indígena desde su cosmovisión espiritual.
El recorrido culmina en el Instituto Cervantes, donde los visitantes pueden apreciar los textiles contemporáneos elaborados por mujeres indígenas, considerados “historias tejidas” que unen pasado y presente. En el Thyssen, se exhiben las joyas de la llamada reina roja, la señora Tz’aka’ab Ajaw, descubierta hace apenas dos décadas; y en el Museo Arqueológico Nacional, las piezas que reflejan la organización social de aquellas culturas. Con esta exposición, España y México celebran no solo el arte, sino también el diálogo cultural y la memoria compartida que sigue uniendo a ambos pueblos.