Marilyn Monroe, la legendaria actriz y símbolo de Hollywood, falleció el 5 de agosto de 1962 en su residencia de Brentwood, California, a los 36 años. Aunque el reporte oficial concluyó que murió por una sobredosis de barbitúricos, la controversia y las teorías conspirativas no han dejado de circular desde entonces.
Según el informe forense realizado por el doctor Thomas T. Naguchi, “los niveles encontrados de hidrato de cloral y pentobarbital en su organismo eran letales”. El cuerpo de Monroe contenía 8,0 mg% de hidrato de cloral y 13,0 mg% de pentobarbital en el hígado, una concentración que indica una absorción gradual y prolongada, explicó el especialista, según una interesante información publicada por el diario Excelsior.
La ama de llaves, Eunice Murray, fue quien encontró a la actriz inconsciente y llamó a emergencias, aunque algunas fuentes señalan que Monroe ya había fallecido para ese momento. “No se detectaron signos de violencia ni lesiones externas visibles”, detalló el informe médico, lo que inicialmente apoyó la hipótesis de un suicidio.
No obstante, la falta de evidencia concluyente y ciertos indicios han alimentado especulaciones. Entre ellas, la teoría de que Monroe fue asesinada para silenciar información comprometedora relacionada con su vínculo con los hermanos Kennedy, en especial Robert Kennedy, entonces fiscal general de Estados Unidos, añade el diario.
Sobre estas afirmaciones, expertos advierten que “no existen pruebas documentadas que respalden la hipótesis del homicidio”, pero reconocen que el contexto político y la fama de la actriz han mantenido vivo el debate.
Uno de los aspectos más debatidos y enigmáticos en torno a la muerte de Marilyn Monroe es la forma en que el barbitúrico letal ingresó a su organismo. La vía oral es la hipótesis predominante y la más sencilla de explicar, dado que la actriz tenía a su alcance varias cajas de medicamentos y pastillas en su habitación, algunos de los cuales estaban vacíos tras el fallecimiento. Sin embargo, esta explicación no ha disipado todas las dudas.
Esto abre la posibilidad de que el medicamento se haya administrado mediante supositorios, una práctica médica común en esa época para tratar el insomnio o el dolor cuando la ingestión oral no era viable. Sin embargo, el nivel extraordinariamente alto de pentobarbital detectado en su hígado sugiere una absorción sostenida y gradual que no se explicaría completamente con un solo supositorio o dosis rectal aislada.
Además, la propia resistencia fisiológica del cuerpo a absorber una dosis letal de forma rápida por vía rectal añade complejidad a esta teoría.
Excelsior recalca que el análisis forense complementario incluyó muestras de sangre, orina, contenido estomacal y tejidos, que reforzaron la conclusión de una ingestión prolongada de las sustancias. “La concentración elevada en el hígado sugiere un consumo continuado, posiblemente para aliviar el insomnio”, señaló el informe.
Más allá de la incertidumbre que rodea su muerte, Marilyn Monroe sigue siendo uno de los símbolos culturales más potentes del siglo XX. Su imagen no solo representa el glamour y la sofisticación del Hollywood dorado, sino que también encarna la complejidad de una figura marcada por la fama, la vulnerabilidad y la tragedia.
Películas clásicas, biografías, documentales y producciones recientes mantienen viva su memoria, reforzando su estatus como una leyenda que influye en la moda, el arte y la cultura popular a nivel global. Según destaca el medio Excélsior, la fascinación pública por Monroe no solo radica en su talento y belleza, sino también en el misterio que persiste en torno a su fallecimiento, lo que alimenta un interés constante y nuevas interpretaciones de su vida y legado.
Este fenómeno cultural refleja cómo la figura de Monroe ha trascendido el tiempo, convirtiéndose en un icono atemporal que sigue inspirando tanto a artistas como a generaciones enteras, que encuentran en su historia un reflejo de los desafíos detrás del estrellato. Su legado es un mosaico que mezcla éxito, vulnerabilidad y el inevitable precio de la fama, temas que resuenan con la sociedad contemporánea y mantienen vivo el debate alrededor de su figura y su muerte.
En definitiva, Marilyn Monroe no es solo un símbolo del pasado, sino un referente vigente que continúa proyectándose en la cultura global, mucho más allá del enigma que rodea su trágico final.