José Sacristán el 29 de abril dará voz al discurso póstumo de Antonio Machado en la RAE

El actor leerá el texto que el poeta escribió en 1931 para su ingreso en la Academia, pero que nunca llegó a pronunciar

Antonio Machado fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE) en 1927, pero jamás ocupó su silla. Las convulsiones políticas de la época, y su posterior exilio, lo alejaron para siempre de ese atril. Noventa y siete años después, su palabra regresa al salón de actos de la institución que nunca lo escuchó. El encargado de prestarle voz será José Sacristán.

Lectura con alma

El próximo 29 de abril, el veterano actor leerá por primera vez en público el discurso inédito que Machado escribió en 1931 para su ingreso académico. Será en el marco del acto ‘Los hermanos Machado, en la Academia’, presidido por Santiago Muñoz Machado, actual director de la RAE. La réplica al discurso correrá a cargo del dramaturgo y académico Juan Mayorga, a partir de un texto escrito por Azorín. Según una información de Europa Press.

Aunque el poeta sevillano nunca llegó a leer esas palabras, su manuscrito sobrevivió al tiempo y al exilio. Fue rescatado por la Revista Hispánica Moderna en 1949 y retomado décadas más tarde por el poeta Ángel González, quien en 1997 lo evocó en su propio ingreso académico con la emotiva frase: “Es un homenaje mínimo, pero sentido, a quien considero el poeta español más importante del siglo”.

El homenaje no se detendrá en la lectura. El político Alfonso Guerra —comisario de la exposición ‘Los Machado. Retrato de familia’— también tomará la palabra, y el broche musical lo pondrá Joan Manuel Serrat con un recital de poemas de Machado, reafirmando la profunda huella del poeta en la cultura popular y literaria española

Machado abandonó Segovia en 1931 para trasladarse a Madrid, donde vivió hasta que la Guerra Civil lo empujó al exilio en Francia. Allí murió en Colliure en 1939, apenas un mes después de cruzar la frontera. Su silla en la Academia, la letra V, quedó vacía. Su palabra, sin embargo, jamás dejó de resonar.