La Guardia Civil ha detenido en Almassora, Castellón, a dos personas tras incautar más de 16 toneladas de cobre. Este material, destinado al mercado clandestino, había sido sustraído de una empresa multinacional en Barcelona, según informaron fuentes oficiales.
La operación comenzó cuando los agentes detectaron movimientos sospechosos de un camión con semirremolque en una nave del polígono industrial de la localidad. Tras investigar, descubrieron que el vehículo estaba vinculado a un remolque implicado en delitos similares en Holanda.
En el interior del semirremolque encontraron ocho bobinas de cobre, cada una con un peso superior a dos toneladas. Los ocupantes del camión intentaron justificar el transporte con documentación, pero las investigaciones confirmaron que el cobre era de origen ilícito. La Guardia Civil, siguiendo los indicios, pudo trazar la carga hasta un remolque robado en un área de descanso en Francia. Así, quedó claro que el cobre provenía de la empresa en Barcelona, según ha publicado Europa Press.
Ambos individuos fueron arrestados como presuntos autores de un delito de hurto de cobre. Durante la intervención, uno de ellos intentó escapar e incluso agredió a un agente, por lo que también se le imputa un delito de atentado contra la autoridad.
Además de la carga de cobre, los agentes incautaron diversa documentación que ahora se está analizando. Esto podría ayudar a esclarecer posibles conexiones con otros delitos relacionados con el robo y tráfico de metales. Las diligencias, junto con los detenidos, fueron puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Castellón.
Las autoridades destacan que este tipo de operaciones buscan frenar el tráfico ilegal de metales, un problema creciente que afecta a empresas y al sector industrial. Según la Guardia Civil, este caso es un ejemplo de cómo la coordinación internacional y la investigación detallada permiten interceptar cargamentos ilegales antes de que lleguen al mercado negro.
El hurto de cobre es especialmente preocupante por el valor del material y su demanda en el mercado ilegal. Cada bobina incautada tiene un peso considerable, y la suma total de la operación supera las 16 toneladas, lo que representa un golpe significativo al delito organizado relacionado con el robo de metales.