Los siete niños de Écija

11 de diciembre de 2023
3 minutos de lectura
los
Plaza de España de Écija. | Fuente: María José López / EP

Son esas historias que vuelven, pero como en el romancero español, con la fantasía típica nuestra, ajustándose menos a los archivos, se sabe que varios eran de Écija o sus cercanías y otros forasteros que se les unieron.

Esta similitud viene a cuento por los tiempos que estamos viviendo, y que nos los estamos tragando con auténtica repulsión por un puñado de auténticos resentidos sin dignidad ni principios. Quien ataca a la unidad de nuestra patria sin ningún freno, en su pilar fundamental la Constitución, no es digno de habitarla, solo merece la expulsión.

Teniendo en cuenta que gobernar “cueste lo que cueste” no es amor a España, sino el mejor negocio que jamás pensaste tener a tu alcance, han colocado a estos bandoleros  que se escondían en la serranía de Ronda entre los años 1814 a 1818, en la primera línea del comentario.

Siempre fueron siete, pero porque si caía, uno se remplazaba por otro. Eran unos quince y llegaron a ser más, pues, como se cuenta, tenían miembros auxiliares.

¿Que robaban? ¡Pues claro! Eran bandoleros, lo hacían a las claras, y así se creó y mitificó su historia. Se sabe que comenzaron como una guerrilla patriótica, que actuaban contra los invasores franceses, y así
surgió ese grupo de bandoleros cuyo cabecilla fue el capitán Luis de Vargas. ¿Es diferente la historia que estamos viviendo ahora en nuestra Patria en estos tiempos?

Vivimos en una cobardía continuada desde hace demasiado. Se trocea España, se ríen en el Congreso, y lo convierten en barra libre para todos los sicarios que están perpetrando esta ignominia. Con total
desenfreno, roban hasta nuestra propia historia, y esa oposición silenciosa calla vergonzante. ¿Hay alguien ahí?

Se descuartizó el archivo de Salamanca, que lo regalaron a Cataluña y más, más, más…. Se actúa de espaldas al pueblo, no existe unanimidad y se mal gobierna con mentiras. ¿Qué pretenden con algunas maravillosas pinturas del Museo del Prado? ¿Que se muestren itinerantes por las diferentes comunidades de España? Todo esto es una auténtica locura que solo podía pasar en España. Pronto lo tendremos escrito en romance, estamos en ello.

¿Pero hasta dónde estamos dispuestos a aguantar? ¿Dónde queda nuestra bravura, orgullo, dignidad y coraje?

Es entendible, nos confiamos, eran de los nuestros, querían lo mismo la igualdad y unidad de todos los españoles, ese era el PSOE de antes.

No ha hecho falta una guerra de vencedores y vencidos, como aquella terrible que se vivió en España y que dejó en muchos pozos de odio y solo el deseo de destruir el prestigio de una nación. El nombre de estos hechos es demasiado oscuro para muchos, pero para los estudiosos en políticas se ve con estupor y se llama “dictadura”.

Hoy están cumpliendo su venganza contra todo lo que significa Patria y se “amasa” fuera de nuestras fronteras, con el llanto y crujir de dientes ante la inacción de los que amamos nuestra tierra. Desde sus sillones, con firmas en documentos, sin luz ni taquígrafos, con un oscurantismo vergonzante, se está despedazando España ante la expectación inmóvil de toda Europa.

¡Pues cuidado! Esta es la puerta de entrada, y la están abriendo de par en par. Los que están protagonizando este descalabro, sabrán lo que se está cociendo y lo que pretenden, ante una oposición silenciosa y pasiva, dotada de un buenismo exasperante. ¡Que alcen la voz, necesitamos oírlos!

Los que solo observamos, intuimos y no participamos de esos manejos solo sentimos una enorme aflicción preocupación, temor, etc. por el futuro que están creando, como españoles respetuosos con nuestra Constitución.

El estupor es mayor cuando se están escudando, tapando, escondiendo en las siglas de un partido que fue fiel a la unión de los pueblos de España: el PSOE.

¿Dónde están? ¿Qué pasó con ellos? ¡Estos no son de aquel! ¿Se han vendido? ¿Quizá sienten vergüenza y se tapan sus nombres?

¿Por dinero y por tener “tajada” con un “puesto” son capaces de adjurar sin freno alguno? Eso se comenta en la calle. Ellos no escuchan, van a por lo que puedan rapiñar… Y juran y prometen  por sus creencias en no se sabe cuáles, por respetar la Constitución y por la igualdad y lo que les echen.

Pues estos han levantado el veto a los siete niños de Écija. Aquellos terminaron muy mal, que estos lo repasen, es muy instructivo. Qué pasará con estos es algo que nos preguntamos muchos.

Aquellos con caballos y estos bien pertrechados, y sin importarles lo más mínimo el medio ambiente, y pasando sus logros como actos magníficos, no hace falta asaltar los caminos.

Estos asaltan la paz y el bienestar de todos, por unos que les ponen la silla para extorsionar a los demás. Lo expresamos gente de la calle, que no “chupamos del bote precisamente”.

Continuaremos pidiendo ¡justicia! Igualdad para todos, es la voz de muchos mayores. Los desheredados de la palabra, de las costumbres, de los hechos históricos y de nuestro orgullo por ser españoles.

Han matado la igualdad entre las comunidades de España. Así comienzan los odios. ¡Algún día lo lamentaremos todos!

1 Comment

  1. Si te entiendo mi querido Camelot tu rabia tus miedos tu indignación tu amor por esta nuestra Nación todo lo comparto contigo pero quitando a ese millón y medio que el 23J votaron al PSOE y hoy se arrepienten ( a buenas horas) el resto te dirá que sí que vale pero que no gobierne la derecha aunque con estos estemos de culo cuesta abajo y con el viento a favor

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

George Orwell

George Orwell: 1984 (Episodio 1)

ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ

¿Quién es más culpable?

Las sometían a sus dictados, como una esposa con una vida comoda, se debía a las directrices que su marido
Jueces, oposición y periodistas: amenaza a los disidentes

Jueces, oposición y periodistas: por el camino de la mordaza y el pensamiento único

Como periodista he reflexionado si merece la pena seguir escribiendo y un minuto después he sabido que sí, aunque no

Decálogo mediático para un tiempo nuevo

RAFAEL FRAGUAS