Debe ser de una complejidad inabordable explicar a un ciego el arco iris. Si en muchas ocasiones se escoge por lo que se ve, los ciegos no pueden escoger, dependen de descripciones ajenas y no les queda más remedio que ir tocando las cosas por la vida y conformarse con ver la luz sólo en los sueños. Desde mi fe, estoy completamente seguro que el Paraíso será para ellos un faro interminable.
Pero hay otros ciegos que, viendo, actúan como si la luz no les llegara. Son los que han decidido que las cosas son como ellos las ven y, si un bastón en el agua, se refleja doblado, convencen a los demás de que, al natural, el bastón no está derecho.
…Alguien está tapando los ojos a la mitad de los españoles que no han votado en estas elecciones porque les da igual que la corrupción, el tráfico de influencias, las injusticias, las desigualdades promovidas y descaradas… se estén produciendo a la luz del día sin que pase nada El capítulo 15 de San Mateo lo aclara definitivamente: “Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el abismo”.
Cuando no hay un compromiso con la luz, lo que nos espera es la sombra.