Francisco de Goya, que era sordo desde un viaje que hizo a Andalucía, pintó el fuego de los fusiles como si quisieran salirse de los lienzos. Mayo de 1808: El pueblo se dolía de que les pudiesen arrebatar a sus infantes, a pesar de que Carlos IV y María Luisa de Parma, junto al Godoy que a ambos complacía, fueron los culpables de la invasión francesa. Y muchos murieron por defenderlos, porque Murat se dejó olvidadas las delicadezas.
… Ahora quienes invaden son los nuestros, que nos fusilan con mentiras la libertad sin que podamos defendernos. España parece que reposa en las praderas de la indiferencia.