Independientemente de la ruina económica y otros innumerables escombros, desconozco si estos gobernantes, que venden su alma al diablo por quedarse, son conscientes del daño que han hecho a España, volviéndola a avinagrar con su infame ley de memoria democrática y con su obsesión enfermiza de no saber al final qué es una mujer si antes había sido hombre o, como dicen estos filósofos de hondura hegeliana, cómo puede considerarse a una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. Leyes del sí es sí u otras farsas de veneno ascendente.
Marañón, que no estudió en Galapagar, nos dejó advertido que “por encima de todas las aspiraciones del feminismo, quedará siempre en manos de la mujer el más legítimo de sus resortes de dominación, el encuentro sexual, con el que no se gobierna el mundo, pero sí a los hombres que lo dirigen”.
¡Han hecho mucho daño, mucho!… Lo seguirán haciendo si se les deja. No tienen memoria porque tienen vacía la cabeza. Y en el vacío, ya saben ustedes, sólo sobrevive la locura de las mariposas.