Lo mío es mío y lo tuyo también

Lo mío es mío y lo tuyo también.
Sí, así es. Cada día nos despertamos con nuevos impuestos, con más presión, con mayor intranquilidad y con el convencimiento de que algo peor esta por venir. Siempre esperamos las nuevas ocurrencias de quienes se erigen como salvadores de bienes y conciencias, mientras forman sus infectas sectas de opinión gracias a las dádivas incontroladas, todo porque hoy parece que la impunidad existe para los que han servido de plataforma al poder.

Tenemos muchos frentes abiertos, tantos que teniendo vergüenza, otros ya hubiesen tirado la toalla, pero esa definición ya no existe
en estos tiempos aciagos, donde la niebla tapa la razón.
No existen trincheras para protegerse y todos tiramos del carro cada vez con menos recursos, casi sin fuerza. Las cargas han crecido en las familias y nos ayudamos como podemos mientras que a los salvadores no les importa.
La verdad es que han cumplido con su cometido, cambiar de principio a fin la historia y transformarla a su conveniencia.

Para seguir con sus planes es necesario dinero y la forma más activa es, con más impuestos y lo que ocurre es lo opuesto.
Las empresas que pueden, dan el cerrojazo y dejan de contribuir al crecimiento del país y se marchan fuera,  los pequeños empresarios y autónomos que hasta ahora habían vivido, empiezan a morir, literalmente, muchos aguantan por no tener medios necesarios para escapar de esta sinrazón.
Sin empresas, no existe trabajo y aumentan los impuestos y los que pagan, y reparten, se llevan la mejor parte. Esto es un refrán antiguo, pero las dádivas arruinan estados.

No existe situación más terrible y dolorosa para alguien que ha luchado por crear un bienestar para los suyos y siempre  conforme con el lugar elegido para hacerlo, ahora muchos de ellos se ven  expoliados sin conciencia, por un sistema  que te oprime, que te axfisia y esa impotencia, ese miedo, no te deja actuar y te ves desprovisto de cualquier posibilidad de continuar.

Acudes a la administración, pides ayuda y la mayoría de las veces te encuentras con un muro, imposible de atravesar, con unos funcionarios cansados apáticos, sin motivación, incapaces de entender y dar  solución a los problemas.
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Ellos no conocen, no saben, lo que es empezar a crear puestos de trabajo ir formando poco a poco a esos trabajadores y darles esperanza para ellos y sus familias.

Crea buenos, empresarios, no es nada fácil, consideran que los que trabajan junto a ellos son familias, son su responsabilidad y que cuando tienen que despedir a alguno, o algunos, saben que pierden parte de su empresa, por esa falta de personal que hasta ahora, poco a poco crecía. Por desgracia en nuestra sociedad, existe un mantra destructivo para definir a un empresario, explotador les llaman, es una  falta total, del conocimiento empresarial.

No podemos olvidar aquellas mujeres y aquellos hombres con sus maletas atadas con cuerdas que las portaban al hombro, dejando su casa y su familia para buscar el pan lejos de su tierra.
Trabajaron a destajo, no tenían preparación pero si muchas ganas de tener una vida mejor para ellos y sus familias, no gastaban un céntimo, solo ahorraban con la esperanza del regreso a su tierra, para empezar una nueva vida con un pequeño negocio.
No tienen memoria, desde los que están subidos en su atalaya hasta los nietos de aquellos que despues de una guerra se vieron obligados a empezar de cero. Que fácil y que cómodo es olvidar lo triste, lo oscuro.
Recuerdo aquel libro que se hizo pelicula Fahrenheit 451.

Es la temperatura a la que arde el papel de los libros, era la forma de borrar de la memoria, lo leído, lo aprendido y con ese sistema, no tener acceso al conocimiento los detractores del opresor que en ella se mostraba.
Eso es lo que nunca nadie podrá conseguir, borrar la historia real de muchos acontecimientos vividos. Conseguir el conocimiento a través de la lectura es el mejor ejercicio, para reconocer lo que es y lo que no es. En la calle la gente habla y comenta, sobre todo los mayores, lo necesitan.
Me decía un anciano: “Que no me vengan con bonos sociales, trabajo, es lo que hace falta, fuera los “culos’ agradecidos, gente nueva, es la que hace falta”. Siguió diciendo” Mis nietos ya no quieren estudiar, yo vine de Alemania en aquel tiempo con ahorros para mis padres  y con el deseo de poder estudiar y formarme, para poder ser libre y tener un criterio propio, y trabajando y estudiando saqué mi carrera, hoy estoy jubilado y puedo decir con orgullo que pude darles a mis padres un buen pasar.” Y terminó diciendo: o ponemos voluntad entre todos o esto se vá al “pozo negro”.

Es muy constructivo hablar con gente mayor. Siempre se aprende de sus vivencias, ellos conocen la historia, no por leída, o estudiada por haberla vivido son los que están pasando de unos a otros una información veraz, escucharlos, enriquecerán nuestras mentes.

Muchas personas, amantes de su tierra desean un futuro lleno de esperanza y comprensión entre todos.
Es un derecho humano, vivir en libertad, como decía aquella canción.
¡Con el  esfuerzo de todos, lo conseguiremos!

La libertad, es un derecho sagrado e imprescindible que todos los seres humanos poseen. Guardemos y respetemos  la ley y el derecho ajeno..