Hoy: 22 de noviembre de 2024
Hasta no hace demasiado tiempo, cuando un circo llegaba a una ciudad los voceros y la cartelería anunciaban por las calles que “había llegado a la ciudad el mayor espectáculo del mundo”, que entonces ciertamente lo eran cuando las fieras y sus domadores, los trapecistas y los payasos daban vida bajo la carpa a números increíbles, habilidades desconocidas y la terrorífica visión de animales salvajes sometidos por un látigo.
Como todo ha cambiado tanto ya no se anuncia la llegada de los espectáculos más grandes del mundo porque ya ni siquiera hay circos, y desde luego los pocos que quedan no llevan fieras por prohibición legal y los artistas se han alojado en el Circo del Sol, que se llama así pero que en realidad es otra cosa, casi un teatro de imágenes y sensaciones artísticas.
Ahora el mayor espectáculo del mundo llega hoy con una rubia deslumbrante de 34 años, nacida en Pensilvania, que canta, baila y seduce por igual. Se llama Taylor Swift y desde que ha llegado a Madrid tiene loca a la ciudad y al resto del país.
Ella de momento dicen que tras su concierto en Lisboa se ha pasado por Ibiza y descansará en el lujo Villa Magna, su hotel de Madrid, desde el que se ha desplazado al estadio Santiago Bernabéu para visitar el lugar del concierto y ha exclamado: “Es muy bonito y muy grande”. El resto no lo he entendido. Pues que sepa que se ha quedado pequeño para verla.
La estrella lo tiene todo controlado. Lleva seguridad privada. Tendrá su propia ambulancia y equipo médico a su disposición y al estadio se desplazará en comitiva policial, protección que tendrá mientras permanezca en España, que puede prolongarse hasta el domingo. Vamos, que impresiona.
Sus dos conciertos en la ‘carpa’ del Santiago Bernabéu los seguirán en directo este miércoles y jueves más de 130.000 personas, de ellas cerca la mitad de fuera de Madrid y hasta un 24% extranjeros. Y es de verdad es el mayor espectáculo del mundo que se monta y desmonta gracias a los 70 camiones supertráiler que llevan todo lo necesario para montar un escenario con plataformas hidráulicas en forma de diamante por donde se moverá la artista de oro.
Es tal la fascinación que despierta esta artista norteamericana que desde hace días los fans acampan junto al estadio del Real Madrid para hacer cola y encontrar el mejor lugar posible.
En un reportaje que ha publicado estos días este periódico hablaba de Taylor como ‘la gallina de los huevos de oro’. Y lo es porque todo lo que se mueve a su alrededor es millonario y multitudinario.
A saber, en Madrid dejará 20 millones de euros solo en alojamiento de hoteles; el nuevo disco ‘The Tortured Poets Department’ se convirtió el día de su lanzamiento, el pasado 19 de abril, en el álbum más escuchado en la historia de Spotify. El récord, que había alcanzado el trabajo de Beyoncé, ‘Cowboy Carter’, ya había sido de Taylor Swift con sus discos previos ‘Midnights’ y ‘1989 (Taylor’s Version)’, pero nunca había alcanzado las más de 300 millones de reproducciones en 24 horas.
Eso sin olvidar que la artista ha entrado en la lista Forbes como una de las mujeres más ricas del mundo con una fortuna multimillonaria estimada en 1.100 millones de dólares, basada en los ingresos de la exitosa gira, el valor de su catálogo musical y su cartera inmobiliaria, según la revista Forbes, que aclara que Swift es la primera músico que alcanza una cifra de diez dígitos gracias únicamente a sus canciones y actuaciones.
El pasado año la cantante y compositora apareció como multimillonaria y se unía a otras 13 celebridades, que tienen un patrimonio neto colectivo estimado en 31.000 millones de dólares. Forbes calculó que unos 500 millones de dólares de la fortuna de la artista procedían de los derechos de autor y las giras, otros 500 millones del aumento del valor de su catálogo musical (gran parte del cual ha vuelto a grabar y publicar) y 125 millones de su patrimonio neto de bienes inmuebles.
La artista, que visita España por primera vez desde hace 12 años, ha sido la más escuchada del mundo el pasado año con 26.000 millones de reproducciones a lo largo del año y entre los oyentes españoles fue la quinta artista femenina más escuchada.
Es lógico hablar de estas cifras mareantes si sus seguidores se desplazan, como en el caso de Madrid, desde ciudades de América del Norte y del Sur y de la mayoría de los continentes, fans que pagan entradas que en reventa alcanzan los miles de euros y se gastan auténticos dinerales en regalos y ‘merchandising’ en forma de camisetas, bisutería y toda la iconografía imaginable.
Una familia de siete miembros ha viajado desde Miami. Calculan que se gastarán unos 40.000 euros entre viaje, estancia y entradas y todavía dicen que allí se habrían gastado más. En total se calcula que los asistentes a los conciertos de su gira estadounidense gastaron una media de 1.300 euros por espectáculo, sumando las entradas, desplazamientos y hostelería, que no será mucho menos de lo que costará ser público en Madrid.
Ayer en televisión una muchacha apostada a las puertas del Santiago Bernabéu mostraba orgullosa una ‘caja sorpresa’ que le había costado cerca de 400 euros con ‘cositas’ de Taylor para guardar con amor eterno.
Como ella, los ‘swifties’ acampados se han provisto de sacos de dormir, sillas de playa, comida, crema solar para hacer frente a los más de 25ºC. “Pedimos respeto y que no se burlen. Que nos dejen disfrutar de los conciertos. Cada uno con su ocio se gasta el dinero en lo que quiera”, ha señalado Sergio, de 38 años, uno de los primeros en la cola, en declaraciones a Europa Press.
A la mayoría de los seguidores les molesta que se hable tanto de si se han gastado más o menos en las entradas del concierto y, como refiere una de las más jóvenes de la cola, “hay quien se gasta mucho más para ver un partido de fútbol, y no digamos si se trata de la final de la Champion”. Pues razón no le falta. Ni a ella ni a quien advierte que son cada uno hace con su dinero lo que quiere.
Los primeros fans no solo llevan comida, sacos de dormir o sillas, sino que también están provistos de las pulseras de la amistad, realizadas a mano con la intención de intercambiarlas. “He hecho unas 150 pulseras para intercambiar”, afirma Carmen, de 18 años, que está acompañada por Alejandro, que porta unas 100 estampas de la cantante, señala Europa Press.
Algunos de ellos, como David y Álex, han decidido llevarse los materiales para confeccionar las pulseras mientras esperan al concierto. “Las pulseras están basadas en una canción de ella, que habla acerca de compartir las pulseras con otras personas.
Lo dicho, una locura que algunos vecinos de la zona no llevan bien por eso del jaleo de tanto camión que llena la Castellana, tanta criatura curioseando por el lugar y el ruido, que dicen se siente hasta en las casas cuando hay conciertos. Vamos, que todo no puede ser perfecto ni siquiera en el espectáculo más grande del mundo que, sea caro o no, haga ruido, o no, y altere la convivencia, o no, del entorno del Bernabéu, hará las delicias de los miles de ‘swifties’.
Por cierto, que los vecinos lo tienen mal porque el próximo año el Bernabéu tiene programados 200 eventos de llenos a reventar que dejarán más de 300 millones en las arcas del club merengue.
Ahora toca Taylor. ¡Viva la rubia de Pensilvania!