La tensión es máxima en el mundo y en especial en Oriente Próximo tras los ataques israelíes que han costado la vida al líder de Hezbolá y de otros dirigentes de la organización. El líder supremo de Irán, el Ayatolá Alí Jamenei, ha reclamado a los musulmanes que “apoyen al pueblo libanés y al orgulloso Hezbolá con todos los medios de que dispongan y les ayuden a enfrentarse al malvado régimen (de Israel)”.
En declaraciones efectuadas después de que el Ejército israelí anunció la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, Jamenei afirmó que “el destino de esta región lo determinarán las fuerzas de la resistencia, con Hezbolá a la cabeza”, según los medios estatales.
Numerosos países han reforzado la seguridad por temor a represalías y la tensión va en aumento en la zona. Después de que Hezbolá confirmó la muerte de Nasrallah, los medios iraníes informaron de que el general Abbas Nilforoushan, subcomandante de la Guardia Revolucionaria iraní, pereció “junto a Nasralá” en los ataques israelíes del viernes contra el sur de Beirut.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Nasser Kanaani, prometió en un mensaje en la red social X que “el camino de Nasrallah continuará y su santo objetivo se hará realidad en la liberación de Jerusalén”.
Mientras tanto, dos funcionarios regionales informados por Teherán dijeron a Reuters que Jamenei fue trasladado a un lugar seguro dentro del país con medidas de seguridad reforzadas. Las fuentes sostienen que Irán está en contacto permanente con Hezbolá y otros grupos regionales para determinar el siguiente paso tras la muerte de Nasrallah.
El Presidente estadounidense, Joe Biden, calificó el ataque israelí que mató a Nasrallah de “medida de justicia” por su reinado de terror de cuatro décadas. Biden señaló que la operación para eliminar a Nasrallah tuvo lugar en el contexto más amplio del conflicto que comenzó con la masacre de israelíes por parte de Hamas el 7 de octubre de 2023. “Nasrallah, al día siguiente, tomó la fatídica decisión de unirse a Hamas y abrir lo que llamó un ‘frente norte’ contra Israel”, dijo Biden en un comunicado.
También el líder de Israel, Netanyahu asegura que la muerte de Nasrallah hace justicia con las víctimas en masa que ha causado.
La confirmación de la muerte del jefe de Hezbolá provocó llantos en los barrios que acogen a refugiados chiitas e incrementó la tensión en la capital libanesa. Algunas mujeres lloran golpeándose el pecho, otros gritan “¡Alá Akbar! (Alá es grande)”, y la gente se congrega en pequeños grupos mirando las pantallas de sus teléfonos, según recoge el Diario de Chihuahua.
Para los desplazados provenientes de zonas chiitas de Líbano, bajo control de Hezbolá, que huyeron de los bombardeos israelíes y se refugiaron en Beirut, la conmoción es inmensa.
El carismático religioso de 64 años, líder desde 1992 de la formación proiraní, era adorado por sus partidarios y considerado como el hombre más poderoso de Líbano.