El neurólogo Gurutz Linazasoro, de la Policlínica Gipuzkoa, ha señalado que las siestas breves de 20 minutos son «ideales» para complementar el descanso nocturno, especialmente en personas que duermen menos de siete horas o padecen insomnio. Según el especialista, estas pausas permiten desconectar, reducir el estrés y consolidar memorias recientes, lo que tiene un impacto positivo en el estado de ánimo y la concentración.
Aunque las siestas pueden ser muy beneficiosas, Linazasoro ha advertido que las siestas largas pueden resultar contraproducentes, ya que interrumpir una fase profunda del sueño puede provocar una sensación de aturdimiento y una disminución del rendimiento durante el resto del día.
«El sueño no es solo descanso, es una fase de enorme actividad cerebral que impacta directamente en nuestra salud física y emocional», ha destacado. Además, ha recordado que el sueño es uno de los tres pilares fundamentales de la salud, junto con la alimentación y el ejercicio físico. Durante el descanso, el cerebro realiza tareas esenciales como la reparación celular, la eliminación de toxinas y la consolidación de recuerdos.
Linazasoro también ha señalado que el horario de invierno es más favorable para el organismo, ya que permite un descanso nocturno más prolongado. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), más del 30 % de los españoles duerme menos de siete horas al día, y el insomnio afecta a un 10 % de la población.
El experto ha explicado que la melatonina, conocida como la «hormona del sueño», juega un papel crucial en la regulación de los ciclos de vigilia y descanso. «La melatonina se libera con la llegada de la oscuridad, enviando señales al cuerpo para prepararse para dormir», ha explicado, enfatizando la importancia de respetar este mecanismo natural para mejorar la calidad del sueño.
El neurólogo también ha advertido sobre los efectos de los cambios de hora, que pueden alterar los ritmos circadianos, generando cansancio, irritabilidad y menor productividad, especialmente en niños y personas mayores. Aunque el cuerpo se adapta en pocos días, recomienda recurrir a pequeñas siestas para mitigar sus efectos.
En estas fechas navideñas, Linazasoro ha recordado que cuidar el sueño, incluso con breves siestas diarias, puede ser el «mejor regalo» para el cuerpo y la mente.