FUENTES INFORMADAS

Las doce obras impresionantes del francés Eiffel en los países de América Latina

Alexandre Gustave Eiffel. | Archivo

Para la Exposición Rural de Buenos Aires se enviaron dos molinos de 35 metros de altura, conectados a través de una escalera caracol

Alexandre Gustave Eiffel se hizo famoso por haber levantado uno de los íconos más reconocidos en el mundo: La torre que lleva su nombre y está en París.

Es una de las construcciones más fotografiadas en la historia de la humanidad. El ingeniero francés también es recordado por haber fabricado el esqueleto de la estatua de la Libertad de Nueva York y las esclusas del Canal de Panamá.

Obras de Eiffel en Argentina. | FI

Solamente en América Latina, dejó doce obras de gran importancia. Un número impresionante. La Catedral de San Marcos y la vieja Aduana de Arica en Chile; un edificio bautizado El Forjador en el barrio porteño de San Telmo; la Casa de Fierro en la ciudad peruana de Iquitos; una iglesia en Tacna y el puente Bolívar de Arequipa; la Catedral de Chiclayo y la Terminal de buses de La Paz (en Bolivia) que originalmente iba a ser la estación de ferrocarril más importante de la capital boliviana. Sin embargo, muy pocos saben que también dejó un legado en las sierras de Córdoba, en Argentina, que lejos de deslumbrar al mundo, terminó en el olvido.

Eiffel conoció al ingeniero argentino Carlos Cassaffousth cuando cursaba sus estudios en el colegio École Polytechnique de París. Entre clases y clases, entablaron una amistad que cruzó el Atlántico.  Corría el año 1900 y Eiffel fue invitado a participar de la Exposición Industrial desarrollada en Buenos Aires, uno de esos eventos monumentales que los países organizaban para mostrar los avances de la Edad Moderna, pero quiso aprovechar el viaje para conocer una de las obras hidráulicas que asombraban en ese momento al mundo: el dique San Roque.

Obras de Eiffel en Argentina. | FI
Obras de Eiffel en Argentina. | FI

El dique había sido construido por su amigo Cassafousth, quien desafió al mercado al hacer uso de cales extraídas de las propias sierras del valle de Punilla donde quedó enclavado el embalse, en lugar de la Portland inglesa, lo que años más tarde, le valdría una condena y varios años de cárcel. Pero esa es otra historia.

«Mi torre y el dique San Roque son las obras más importantes del mundo en este momento, pero mi torre no es productiva y el dique sí»; afirmó Eiffel al descender en el puerto de Buenos Aires.

La construcción del dique no sólo había sido un emprendimiento conjunto de Cassaffousth y el español Juan Bialet Massé, sino que también participó Nicolás Paoli, un italiano que lo acompañó en la obra del puente canal de Briare y que se quedó a vivir en una localidad llamada Buena Vista hoy conocida como Bialet Massé.

En Córdoba

Durante su visita en Córdoba, Eiffel no pudo con su genio y cada vez que lograba escaparse de las cenas distinguidas, de los paseos con damas de la alta sociedad y de las reuniones con la aristocracia cordobesa, se ponía a dibujar planos de obras que no siempre lograban concretarse. Pero, construyó una Vuelta al Mundo o Noria íntegramente de hierro forjado y con un diseño muy parecido al ícono parisino. La trajo consigo cuando llegó para los 100 años de la Independencia del país. Primero fue instalada en el Mundial Park de San Miguel de Tucumán, pero dos años más tarde, fue comprada por el gobierno de la Provincia de Córdoba y colocada en el Parque Sarmiento, el pulmón verde de la ciudad fundada por el andaluz Jerónimo Luis de Cabrera.

Obras de Eiffel en Argentina. | FI

Rápidamente, se convirtió en uno de los atractivos más visitados del lugar con su estructura circular de 27 metros de diámetro que se sostenía a través de ejes entrecruzados que parecían los rayos de una rueda de bicicleta. Era una obra exquisita para la época y en una ciudad de edificios bajos como era Córdoba a principios del siglo XX, asomaba imponente con sus veinte cabinas (cada una de ellas con capacidad para seis personas).

Si bien se mantuvo activa durante muchos años, tras el traslado de Tucumán, el rearmado no fue el correcto, más bien fue precario y defectuoso. Desde entonces, siempre tuvo inconvenientes y muchos vecinos se negaron a subir por miedo a caerse.

Finalmente, en la década del setenta dejó de girar y quedó en el olvido.

Recién en el año 2003, fue restaurada y habilitada como monumento histórico.

Si bien, la Noria es su obra más famosa en Argentina, también se destacan dos casas que construyó en Francia y las envío por barco. Ambas fueron instaladas en el pueblo cordobés de San Vicente, hoy barrios, donde habitaban las familias de la burguesía cordobesa. Una estuvo ubicada en la esquina de Estados Unidos y Solares hasta que fue trasladada a la ciudad de Villa María. Y la otra, está aún, en calle San Jerónimo al 3000. Las casas construidas por Eiffel se las conoce como los «chalets ferrocarrileros», porque están montados en rieles y simulan ser un vagón de tren. Esos diseños también fueron exportados a Brasil, Chile, Perú, México y Estados Unidos.

Para la Exposición Rural de Buenos Aires de 1900, Eiffel envió dos molinos de 35 metros de altura, conectados a través de una escalera caracol. Había instalado en la planta superior, una rueda con cuatro aspas; en el nivel intermedio, un tanque de agua pequeño y un balcón, y en el piso inferior, otro, pero con mayor capacidad. Los molinos fueron encargados por María Arislao de Olmos, esposa del entonces gobernador de Córdoba, Ambrosio Olmos, los quería para abastecer de agua a sus estancias.

De los dos, sólo uno de ellos permanece en pie y se encuentra en las sierras, en el paraje Dolores. Una vieja placa en una de sus piezas recuerda a su célebre constructor.

Obra de Eiffel en Argentina. | FI
Salir de la versión móvil