Las medidas antiinmigrantes de Trump

Lo que pudiera venir a partir del 20 de enero, Ciudad Juárez ya lo vivió. No será nada nuevo para esta urbe fronteriza que ya experimentó la llegada masiva de miles de migrantes procedentes de Centroamérica. Ya los juarenses vivieron la oleada de cubanos, centroamericanos y sudamericanos en su gran mayoría hondureños, guatemaltecos y venezolanos. Sobre todo se recuerda ver el Centro Histórico de Juárez repleto de migrantes día y noche. Siguen grabados en la memoria colectiva fronteriza los puestos de fritura cubana que establecieron muchos isleños, o los albergues llenos a su máxima capacidad y a cientos de migrantes limpiando parabrisas en distintos cruceros de la ciudad.

No será entonces desconocido lo que pueda pasar, pero lo que sí se teme es que en esta ocasión el número de deportados sea tan desproporcionado como para la capacidad que se tenga para hacerle frente a un reto de tal magnitud. Y es que la administración entrante en los Estados Unidos va con todo en contra de los migrantes. Al menos eso es lo que reflejan las contundentes declaraciones de Donald Trump.

El próximo mandatario declaró recientemente que no se tiene otra opción más que deportar a todas las personas que están ilegalmente en Estados Unidos, incluyendo posiblemente a los familiares ciudadanos estadounidenses de las personas deportadas.

Trump afirmó que buscará eliminar la ciudadanía por nacimiento, un derecho consagrado desde hace mucho tiempo en la 14va Enmienda de la Constitución, lo que despojaría de derechos a quienes nacen en el país de padres indocumentados.

Sin embargo, Trump señaló que está dispuesto a trabajar con los demócratas para aprobar una legislación que garantice que los Dreamers (inmigrantes indocumentados que ingresaron a Estados Unidos cuando eran niños) puedan permanecer en la Unión Americana.

Las declaraciones de Trump sobre su plan de deportación masiva, una promesa clave de su campaña presidencial, fueron las más detalladas desde que ganó las elecciones en noviembre. Durante la administración del presidente Joe Biden, se registró un aumento significativo en el número de inmigrantes no autorizados que cruzaron a Estados Unidos, aunque ese número ha disminuido tras acciones ejecutivas en los últimos meses. El endurecimiento de las restricciones en la frontera con México fue un tema central en la candidatura de Trump, al igual que en su primera campaña en 2016.

Donald Trump y sus aliados destacaron reiteradamente actos de violencia cometidos por inmigrantes indocumentados para respaldar su postura. Trump también describió escenarios en los que ciudadanos estadounidenses podrían optar por ser deportados junto con sus familiares en situación migratoria.

Trump dice no quiere separar a las familias, así que la única manera de no separar a la familia es mantenerlos juntos, y tiene que enviarlos a todos de regreso. No se tiene que separar familias, dijo Trump. “Enviaremos a toda la familia, de manera muy humana, de regreso al país de donde vinieron”.

Sus declaraciones de que busca ya como presidente en funciones, llevar a cabo una campaña de deportación masiva una vez que asuma las riendas del país, siembran inquietud en muchos sectores. Aunque ha brindado pocos detalles, Trump ha sugerido que invocará la Ley de Insurrección y la Ley de Enemigos Extranjeros para justificar una intervención militar en el control de la migración.

Este preocupante panorama es el que puede impactar drásticamente a Ciudad Juárez con la deportación masiva de familias enteras de migrantes por esta frontera. Solo con el apoyo de la Federación y el Gobierno del Estado, Ciudad Juárez puede hacerle frente a la amenaza de la deportación masiva que anuncian desde ahora quienes tomarán las riendas del gobierno norteamericano. En su reciente visita la presidenta Claudia Sheinbaum mostró la fuerte intensión de apoyar al alcalde Cruz Pérez Cuéllar y de colaborar estrechamente con el Gobierno del Estado para estos retos que se avecinan. Los juarenses esperan que estas promesas se hagan realidad y se concreten a la brevedad posible.

*Por su interés reproducimos este artículo de José Ignacio Gallardo publicado en El Diario de Chihuahua.