Hoy: 22 de noviembre de 2024
Desde que se anunciara la muerte del opositor ruso Alexei Navalni en prisión, más de 400 personas han sido arrestadas en toda Rusia, según informes de la ONG OVD-Info. Las protestas en recuerdo del activista han desencadenado una ola de detenciones en varias ciudades del país.
La ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de detenciones, ha informado que más de 290 personas fueron detenidas en concentraciones en todo el país el día después del anuncio de la muerte de Navalni. En total, sumando las detenciones en los días posteriores, la cifra supera los 400 arrestos.
“Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a los detenidos. Los (abogados) defensores de OVD-Info trabajan en diferentes regiones”, ha publicado la ONG OVD-Info en su cuenta de Telegram.
La ONG informa que al menos 38 personas han pasado la noche en comisaría debido a las detenciones, y han reportado casos de violencia policial, como el de Dimitri Kuzmenko, a quien los agentes golpearon.
Las concentraciones han tenido lugar en ciudades como Moscú, San Petersburgo, Tomsk, Tula, Bélgorod, entre otras. En San Petersburgo, las fuerzas de seguridad dispersaron a manifestantes en la Piedra Solovietski, lo que resultó en la detención de varias personas, incluidos periodistas.
En Moscú, las autoridades detuvieron a alrededor de 50 personas cerca de la Piedra Solovetski, y también realizaron arrestos en la Plaza Lubianka, frente a la sede del KGB. Medios como Sota y RusNews han publicado vídeos de las protestas, donde se observa a los manifestantes portar pancartas y corear consignas.
Las autoridades llevaron al obispo de la Iglesia Ortodoxa Apostólica Grigori Mijnov-Vaitenko a la sede del Ministerio del Interior en San Petersburgo después de que él planeara realizar una ceremonia religiosa en honor a Navalni. Más tarde, lo liberaron después de que sufriera un derrame cerebral. Se le acusa de un delito administrativo.
Además de las protestas en Rusia, se han registrado concentraciones en el extranjero, con manifestaciones en ciudades como Ereván, Tiflis, Estambul, y diversas capitales europeas. Las muestras de apoyo a Navalni se extienden más allá de las fronteras rusas, lo que evidencia la preocupación internacional por su muerte y el estado de los derechos humanos en Rusia.