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La vivienda está por las nubes

La vivienda, por las nubes

Pintada okupa en una vivienda de Sevilla. /FI

Definitivamente en materia de vivienda el Gobierno no ha dado una. Lo cierto es que llevamos mucho tiempo y ningún Gobierno, sea del PP o del PSOE, ha hecho méritos para hacer valer el derecho constitucional de los españoles a una vivienda digna. Ninguno, pero para los socialistas este asunto se le ha hecho bola y no ha dado una ‘a izquierdas o derechas’ para arreglar el problema de los precios en la compra y alquiler ante una demanda que crece y se desespera porque no encuentra la manera.

El último dato es de ayer y, según el Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda libre subió un 8,1% interanual en el tercer trimestre del año, tasa tres décimas superior a la del trimestre previo y la más elevada desde el primer trimestre de 2022, cuando se incrementó en un 8,5%. Esto en el caso de la vivienda usada, si se trata de vivienda nueva la subida media es del 10% y todavía más en territorios como el balear.

Es decir, precios disparados e imposibles para buena parte de la población española que, cuando descarta comprar y mira la opción del alquiler, se adentra en un escenario tortuoso de escasa oferta y precios por la nubes. Tanto que hay quien se conforma con lo más parecido a butrones en las grandes ciudades por los que pagan cantidades indecentes y, si el mercado ofrece algo teóricamente normal, como ha ocurrido con un anuncio en Barcelona, se forman largas colas de aspirantes.

Hemos oído anunciar y prometer al presidente Pedro Sánchez la construcción de miles de viviendas de protección oficial, hemos visto intentos por controlar el precio del alquiler, incluso lo más reciente ha sido el anuncio en el congreso socialista de crear una empresa pública de vivienda… Hemos oído demasiadas promesas vanas, papel mojado y compromisos mitineros… pero la verdad es que el problema de la vivienda en España es cada vez más un asunto que se escapa de las manos, y más cuando desde el Ejecutivo se ponen en marcha leyes que facilitan la okupación con una consecuencia inmediata: ha desaparecido del mercado la mayor parte de la oferta de alquiler.

La gran cagada del Gobierno en esta materia fue la Ley de la Vivienda de mayo de 2023, que consagra y ampara la okupación de la propiedad privada. Esta medida de inspiración podemita asumida por los socialistas, reventó el mercado, sobre todo del alquiler y lo que todavía es peor, no hacen nada para corregir el desaguisado.

¿Se han fijado que han desaparecido de ventanas y balcones los anuncios tan habituales antes de alquiler de inmuebles? Lógico, los propietarios saben que es una manera de anunciar que ese piso está vacío y disponible para los delincuentes de la okupación, que en la mayoría de los casos es lo que son, a los que tendrá que pagar luz y agua y arroparlos por las noches hasta que decidan irse y dejar la vivienda destrozada. La consecuencia es que los dueños las han retirado del mercado porque prefieren tenerlas vacías o desviar su uso hacia el alquiler turístico, y el resultado es una oferta escasa y precios disparados.

Y si parece claro el problema ¿por qué no se pone solución? Es difícil que el Gobierno quiera acabar con los okupas si el primero es el presidente, que se instaló en Moncloa con engaños y promesas de hacer justo lo contrario de lo que finalmente ha hecho.

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