Hoy: 23 de noviembre de 2024
Esa puerta que permanece cerrada desde hace años, mejor desde que tú sentiste su presencia y le fuiste dando forma, pero nunca, a pesar de tu curiosidad, te has atrevido a abrir.
Lo intentaste a los catorce años, pero te aburría el esfuerzo, era imposible traspasarla y tú tenías tu vida plena y te lo pasabas lo mejor posible, aunque desde que te diste cuenta de su existencia pensaste equivocadamante que terminaría abriéndose algún día.
Con el paso del tiempo, ha ido cambiando de forma, desde una puerta típica en un hogar de protección social, las más simples y baratas, esas que ahora se suelen ver tiradas en contenedores de obras, hechas de nido de abeja, cartón y un fino panel de algo imitando a madera, hasta las acorazadas e imponentes que prohíben todo intento de asalto, no lo has intentado, lo has ido dejando y has continuado con tu vida.
A medida que crecías, la puerta cambiaba de forma y se hacía mas fuerte e impenetrable, hasta que decidiste abrirla, al ver que tu tiempo se acortaba y con él, tu vida se apagaba, no querías irte, con ese misterio, así que con todas las herramientas que tu mente disponía, te pusiste a escudriñar buscando respuestas.
Por desgracia no pensaste que cuando una puerta está cerrada para ti, es mejor no conocer lo que esconde, eso solo lo dicen los cobardes, y tú nunca has demostrado serlo.
Así que en esos últimos años de tu vida te dispusiste a conocer esa historia que tú habías tapiado, guardado y escondido tras esa gran puerta cuyo aspecto recordaba a las que guardan esas magníficas catedrales.
Te costó menos tiempo conocer su interior, que entender y admitir todos los pasajes que guardaba en imágenes y legajos que aparecían ante tus ojos.
Te descubriste y te aterraste, ante pasos y hechos, que nunca te molestaste en analizar. Incluso en esas situaciones que creías bien gestionadas.
La relación con tus padres y hermanos, las gestiones en tu trayectoria profesional, la manera de tratar tu vida familiar.
Y esos engaños que guardaste solo para ti, pero que permanecían encerrados detrás de esa puerta.
Te quedaste exhausto, fue impactante y a la vez reconfortante, te diste cuenta, que al ser capaz de abrir la puerta que guardaba tus más escondidos secretos, estos perdían el inmenso poder que te habían limitado durante muchos años.
Debemos ser valientes y abrir esas puertas que nos limitan, porque el miedo te paraliza, te atrapa, no te da opciones para luchar y trabajar venciendo obstáculos, y llega la oscuridad que no te deja ver con claridad.
La luz siempre ilumina y te muestra el camino que debes elegir.
Como dueños de nuestros actos, reflexionemos antes de tomar decisiones de las que nos tengamos que arrepentir.
De los cobardes no hay nada escrito y es un acto de valentía abrir la puerta que con tanto miedo no nos atrevemos a abrir pero q al hacerlo se libera nuestro espíritu nuestra mente y afrontamos la vida con conocimiento y aceptación de lo que fuimos ocultando detrás de ella
Como siempre toda la razón, todos tenemos algo guardado, lo sufrimos mucho tiempo y cuando ha pasado el tiempo tenemos que quitarle importancia por nuestro bien.
Has definido muy bien un problema que casi todos tenemos.
La puerta es un símbolo: representa todo aquello que guardamos en nuestro interior y del cual nos avergonzamos o simplemente no somos conscientes de tener un problema que nos impide superar los obstáculos que la vida nos impone.
La puerta puede ser un ejemplo para la reflexión, todos tenemos puertas sin abrir de una forma o de otra, la cuestión es si sabemos identificarlas.